Autorretrato de 1632

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La vida de Rembrandt en la década de 1630 alcanzará su cenit; en 1632 recibe un importante encargo del príncipe Frederik Hendrik - el ciclo sobre la Pasión de Cristo - además de vender numerosos trabajos al estatúder. Ese mismo año ejecutará La lección de anatomía del doctor Tulp y otros 30 lienzos más, lo que indica que su estilo está cuajando en Amsterdam, ciudad en la que sólo lleva un año. Su economía es cada vez más interesante y su nivel social va elevándose, especialmente tras el matrimonio con Saskia van Uylemburgh. Por eso se retrata en este panel como un burgués, con su traje negro adornado con un amplio cuello de lino blanco y un amplio sombrero negro. La luz impacta en el lateral derecho de su rostro para acentuar su expresión, aun no muy feliz, mostrando en sus ojos la vitalidad que le caracteriza. La pincelada es ligeramente suelta, a diferencia de los minuciosos retratos que encargan los clientes - véase el de Marten Soolmans o el de María Bockenolle - al tratarse de una obra personal. Sin embargo, las luces son iguales a los encargos oficiales, mostrando la influencia de Caravaggio.

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