Desarrollo
El Ki-67, bautizado como dragón volante, fue considerado el mejor bombardero que operó para el Ejército nipón durante el segundo conflicto mundial. Además de su potencia para hacer fuego, disponía de una buena capacidad para transportar armamento y de una excelente estructura. De su diseño se encargó la Mitsubishi, que en 1940 había ganado el concurso. Aunque a finales del 42 emprendió el vuelo su primer prototipo, hasta 1944 no entró en servicio. El motivo de esta demora fueron las variantes introducidas para sacar mayor provecho de sus cualidades. Su producción casi alcanzó los 700 aparatos. Parte de ellos actuaron como kamikazes.