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Edad Moderna

Desarrollo


Luisa Enrique Manrique de Lara, Condesa de Paredes, fue hija de Luis Enríquez, Maestre de Campo de la Infantería española en Nápoles y de Catalina de Luján. Nació en Nápoles el 25 de septiembre de 1604. Tras años en Galicia y Valladolid llegó a la corte de mano de su padre. Fue Dueña de Honor de Isabel de Borbón, primera mujer de Felipe IV, aya de la Infanta María Teresa, futura reina de Francia. Luisa Enrique se casó en 1631 con su primo, Manuel Manrique de Lara, IX Conde de Paredes de Nava. Tuvo cuatro hijos, heredando el título la segunda Inés, quien contrajo matrimonio con Vespasiano Gonzaga, de la Casa de Mantua. Tras enviudar en 1637 volvió a palacio con dos de sus hijas, las cuales obtuvieron el cargo de Damas de la reina. En 1648 decidió ingresar como religiosa carmelita descalza en el convento de Malagón (Ciudad Real) adoptando el nombre religioso de Sor Luisa Magdalena de Jesús. Murió en el mismo convento el 18 de octubre de 1660. Como otras muchas mujeres, el convento fue para ella el ámbito que le permitió escribir con sosiego sus composiciones poéticas y otros textos religiosos. Fue autora precisamente de varios de ellos, entre los que destacan El año santo o Meditaciones para todos los días en la mañana, tarde y noche, sobre los misterios de la vida de Cristo Señor Nuestro y de su Pasión, publicado en Madrid en 1668, así como sus composiciones poéticas. Sor Luisa Magdalena, al igual que Sor María de Ágreda (1602-1665), ha sido conocida, sobre todo, por la correspondencia epistolar que mantuvo con el rey Felipe IV.

Gráfico El rey le dirigió al menos 30 cartas desde el 9 de octubre de 1644, tres días después del fallecimiento de la reina Isabel de Borbón hasta el 8 de agosto de 1651, pero se sabe que hubo continuidad en la correspondencia, hasta el fallecimiento de la Condesa en 1660, con un total de 74 cartas conocidas. El contenido de las mismas muestra la completa confianza del rey con sor Magdalena, al tratar temas muy diversos sobre asuntos de estado y de la guerra, como la situación en Holanda, Flandes, Cataluña y Francia, así como comentarios variados sobre temas cotidianos. Pero, sobre todo, acerca de la intimidad familiar desde el fallecimiento de la reina Isabel. Temas constantes en la mayoría de las cartas son el reflejo del estado de ánimo del rey y la ansiedad que siente ante la llegada de su soberana, Mariana de Austria, con la que esperaba contraer matrimonio; el crecimiento de la infanta María Teresa, futura reina de Francia, de quien fuera aya Sor Magdalena, el ansiado embarazo de la reina, tan importante para la sucesión del reino; y el consiguiente nacimiento de su hija Margarita María de quien fuera madrina de bautizo su hermana María Teresa. (58)

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