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Datos principales


Rango

Edad Moderna

Desarrollo


El diagnóstico que con mayor frecuencia se le ha dado a Juana es el de esquizofrenia (4,5,6,7). Para quienes se basan en las categorías diagnósticas de Kraepelin, Juana sufría una demencia praecox, definida por éste como una enfermedad mental en la que el rasgo más característico era el deterioro cognitivo (de tipo demencial) en una persona joven. Posteriormente Bleuler, cambia el nombre a la demencia precoz sustituyéndolo por el de esquizofrenia o "mente hendida". Tanto Kraepelin como Bleuler identificaron distintos "tipos" de esqizofrenias: paranoide, catatónica y hebefrénica. Lo que define a cada uno es la presencia preponderante de un tipo u otro de síntomas. Los biógrafos se inclinan por pensar que Juana tenía un tipo de esquizofrenia con síntomas de diverso tipo afirmando que sufría una psicosis esquizofrénica catatónica-paranoide, con síntomas polimórficos. Además piensan que a la vez sufría una psicosis maníaco-depresiva (5) (una psicosis distinta a la esquizofrenia). A favor de una probable esquizofrenia, de tipo paranoide, se encuentran los síntomas delirantes (como el delirio de celos) o los delirios inespecíficos y poco estructurados que sufrió al final de su vida, así como la extraña conducta de vagar en procesión detrás del ataúd de su marido por distintos pueblos de Castilla y abrir el féretro de vez en cuando para confirmar su presencia. La mayoría de los autores han interpretado los síntomas depresivos como manifestaciones de un negativismo esquizofrénico o catatonía (5,6,7).

Hay que hacer notar que la presencia de síntomas catatónicos no es exclusiva de la esquizofrenia catatónica y cuando están presentes, pueden hacer muy difícil distinguir entre la esquizofrenia catatónica y un trastorno del estado de ánimo con síntomas catatónicos. Los episodios de enfermedad en Juana alternaban con intervalos muy lúcidos. Los períodos de depresión, apatía, indolencia, insomnio, negativismo y, tal vez, algunas conductas catatónicas seguidos de intervalos muy lúcidos en donde la reina parece no tener enfermedad mental alguna, que alternaban con períodos de excitación, furia, aumento del deseo sexual y agitación psicomotora, son síntomas que compatibles con un diagnóstico de trastorno bipolar, con manía psicótica y depresión mixta que puede alternar con intervalos de lucidez. El trastorno depresivo bipolar mixto tipo I, puede presentarse con síntomas psicóticos y depresión agitada. Los episodios de enfermedad se presentan con menor frecuencia pero duran más. Durante éstos los pacientes presentan irritabilidad, fuga de ideas y presión del habla; en algunos pacientes se puede observar disforia, agitación severa, ansiedad refractaria, excitación sexual irresistible, insomnio, obsesiones suicidas y conducta histriónica. Hay otras depresiones que cursan con aumento del impulso sexual, como algunas depresiones atípicas, (en donde también puede existir una personalidad límite). Han sido descritas como estados depresivos mixtos dentro del espectro de los estados bipolares mixtos tipo II (10). Gráfico

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