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Rango

China

Desarrollo


Mencio, el maestro Meng, fue discípulo del nieto de Confucio, de quien fue su seguidor más importante. Vivió en una época en la que las guerras entre los Estados feudales estaban muy generalizadas en el período de los Reinos Combatientes, siendo más acentuadas que en el de Confucio. Mencio ofreció sus servicios a uno de los gobernantes, pero, a pesar de que fue bien recibido, no consiguió ser escuchado. Por estas razones, Mencio se retiró y se dedicó plenamente a la enseñanza. El de Mencio es uno de los "Cuatro Libros" del Confucionismo, en el que abogó por dos principios, Ren (Jen) o la benevolencia, y Xiao (Hsiao) o la piedad filial. Mencio recomendaba con ahínco a los gobernadores que practicaran la benevolencia, indicando que de este modo el pueblo lucharía para retenerlos en el poder. Sus escritos y su figura alcanzaron gran auge debido a la atención que le prestó el estudioso Han Yü, durante la dinastía T'ang. Han Yü fue uno de los fundadores del Neoconfucionismo. Una doctrina notable de Mencio, asimismo antagonista de la de Xun Zi, fue la que afirmaba que la base teórica de la política, la benevolencia, consiste en la bondad de la naturaleza humana. Mencio consideraba que el hombre nacía dotado de una naturaleza bondadosa, por lo que el problema estaba en que algunas personas conservaban esta naturaleza, y otras la perdían y, consecuentemente, la enseñanza de la benevolencia era necesaria precisamente para educar a estas últimas.

Xun Zi (Hsun Tzu), el maestro Xun, también conocido como Hsun Xh'uig, fue el más destacado erudito confucionista y profesor de su tiempo, al final del período de los Reinos Combatientes. Xun Zi fue -ante todo- un sintetizador que combinó los elementos del Taoísmo y Legalismo con los del Confucionismo. Según él, que desarrolló una idea de la naturaleza situada entre el materialismo y el ateísmo originados en su época, el cielo constituye un fenómeno de cambios en la naturaleza tales como las estrellas, el sol y la luna, las cuatro estaciones, el viento y la lluvia, el frío y el calor, el Yin y el Yang, fenómenos que tienen sus propias leyes pero sin voluntad ni objetivo. Xun Zi decía que la naturaleza humana es mala, concepción opuesta a la de Mencio. Lo que quiso decir Xun Zi era que el hombre tiene el deseo congénito de obtener intereses materiales. En el caso de no lograr la satisfacción material, estallarían las disputas que provocarían el caos en el orden público. De ahí, la necesidad de los ritos para mantener este orden público -objetivo principal de la doctrina confucionista-. Xu Zi decía que las continuas luchas y conflictos producidos en el período de los Reinos Combatientes se debían a las doctrinas extrañas de las Cien Escuelas, y que para conseguir la estabilidad social no tenía que haber dos doctrinas bajo el cielo ni dos conceptos sobre lo santo.

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