Edad Oscura y Periodo Geométrico

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Datos principales


Rango

Grecia antigua

Desarrollo


Las invasiones de los Pueblos del Mar, con o sin los dorios, supusieron el auge de éstos en el dominio de Grecia continental y el empobrecimiento general de la cultura egea. El fin de la civilización micénica no pudo ser más catastrófico: incendios y destrucción por doquier, abandono de muchos lugares habitados, pérdida del arte de la navegación, olvido de la escritura, descenso del catálogo de formas cerámicas, reducción al límite de las técnicas artesanales... En definitiva, es casi un regreso a la Prehistoria si no fuese porque se han salvado ciertos conocimientos, tales como la metalurgia y la alfarería. Los escasos restos que se han encontrado de la Edad Oscura, que comprende los períodos Submicénico (Grecia) y Subminoico (Creta), además del Protogeométrico, más o menos entre 1.100 y 900 a.C. en conjunto, revelan unas paupérrimas condiciones de vida, prácticamente en régimen de supervivencia. Este panorama general no es, desde luego, uniforme. Unos lugares conservaron mejor la tradición cultural que otros y en algún caso, se alcanza cierto grado de esplendor. Por ejemplo, las cerámicas y otros hallazgos del Chipre de este período indican que allí se mantuvieron muchos elementos micénicos, entre ellos la escritura. Creta también goza de una situación mejor que las restantes islas del Egeo y, en el continente, Atenas no perdió nunca el hilo histórico. Precisamente en esta ciudad se formó el principal núcleo de la civilización geométrica.

A lo largo del período Protogeométrico y Geométrico Inicial, hasta mediados del siglo VIII aproximadamente, la falta de contactos entre las distintas zonas del Egeo favoreció la independencia cultural de las mismas. Unido esto a la diferente composición racial en unas y otras, se produjo la regionalización del mundo griego, ya suficientemente diverso en su geografía. En esa diversidad germinan las distintas escuelas artísticas del arcaísmo: jónica, cicládica, dórica y ática. Tan sólo la común herencia cultural, aun con sus variantes regionales, mantendrá la koiné griega; esta tradición está representada básicamente por la religión, el idioma y las epopeyas heroicas, todos ellos fijados precisamente en la época geométrica. En ella, los griegos vuelven a aprender a escribir, gracias al préstamo fenicio del alfabeto. El arte griego en la Edad Oscura tendrá que empezar prácticamente de cero, ensayando de nuevo con los materiales y técnicas de trabajo y en función de una nueva mentalidad. Con muy pocos elementos heredados del mundo anterior, aunque éstos son de suficiente importancia como para que la ruptura con el pasado no sea total, en el transcurso del período Geométrico se pondrán las bases del arte griego; ello ocurrirá con tal fuerza, que en sus obras artísticas late ya el espíritu creador del período clásico, aun con todos los avatares y aportaciones exteriores del intermedio orientalizante, a partir de fines del siglo VIII y comienzos del VII. Los materiales arqueológicos de todo este período se reducen prácticamente al campo de la arquitectura y de la cerámica, además de algunos ajuares funerarios así como escasos exvotos depositados en los lugares de culto. A lo largo del período geométrico, otros objetos se incorporarán a este panorama arqueológico: esculturas de pequeño tamaño, tanto en bronce como de terracota, marfiles y orfebrería.

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