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Desarrollo


Los tratados anunciados en Potsdam llegaron todos en el mismo día: para Italia, para Finlandia, para Bulgaria, Rumania y Hungría, el 10 de febrero de 1947 fue una fecha clave. La esencia de los tratados quedó fijada en la Conferencia de Moscú, de 16 a 26 de diciembre de 1945, por los ministros de Asuntos Exteriores de los tres grandes: Ernest Bevin (G.B.), James. F. Byrnes (USA) y Vyacheslav M. Molotov. La conferencia acordó: - Que China y Francia se unieran, definitivamente, a la consideración del grupo rector del mundo. Medida lógica, puesto que ya figuraban como tales en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. - Que los tratados de paz fueran preparados por unos países determinados: para Italia serían Reino Unido, Estados Unidos, Unión Soviética y Francia; para Rumania, Bulgaria y Hungría, Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos, y para Finlandia, Unión Soviética y Reino Unido. Los proyectos elaborados por cada una de las delegaciones deberían ser remitidos a una conferencia convocada al efecto y en la que estarían representados los cinco miembros del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y los delegados de países de las Naciones Unidas "que hubieran hecho efectivamente la guerra con fuerzas militares sustanciales contra los Estados enemigos europeos". Esta conferencia tenía un plazo máximo para su convocatoria, fijado para el 1 de mayo de 1946. - Que, una vez reexaminados los proyectos, se procediera a su redacción definitiva.

- Que los textos fueran ratificados por las dos partes; los vencedores y los vencidos. Esas partes figuran en el texto de los tratados como: a) Potencias aliadas y asociados, que suman un máximo de 20, anotando en ellas las dos Repúblicas que Moscú ya había introducido, sorprendentemente, en la lista de Naciones Unidas -Bielorrusia y Ucrania- a pesar de ser un todo con las demás que componen la URSS, b) El país vencido, en cada caso. En el de Italia, cuatro considerandos figuran por delante de la frase esencial, que es el fin del estado de guerra. Estos cuatro considerandos se fijan en los extremos siguientes: 1. Que Italia tiene responsabilidades como potencia agresora, incorporada al Eje. 2. Que, no obstante, la victoria progresiva de las fuerzas aliadas permitió que fuerzas democráticas italianas revocaran el fascismo y firmasen un armisticio, sin condiciones, en el mes de septiembre de 1943. 3. Que, además, esas fuerzas democráticas declararon la guerra a los alemanes, consiguiendo, a todos los efectos, la calificación de cobeligerantes. 4. Que esa nueva Italia y las potencias aliadas buscan soluciones en conformidad con los principios de la justicia y que, en esas soluciones, no sólo se incluye el tratado de paz, sino la incorporación a la vida internacional, con su futura adhesión a la Organización de Naciones Unidas. Sentado esto y proclamado el fin del estado de guerra, el articulado pasa a concretar los temas que afectan a los italianos: - La garantía de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales.

- La reivindicación de aquellas personas que, entre el 10 de junio de 1940 y el 29 de septiembre de 1943, mostraron su simpatía por la causa de los aliados y fueron perseguidos por ello. - La erradicación del fascismo y de cualquier organización de tipo paramilitar que pudiera recordar, aun de lejos, las organizaciones fascistas. - El reconocimiento de los tratados que los aliados conciertan con los otros países vencidos. - El establecimiento del territorio libre de Trieste, con la fijación concreta de sus fronteras. - La renuncia a los beneficios que Italia había obtenido sobre China, especialmente en el protocolo firmado en Pekin el 7 de septiembre de 1901. - El respeto a la soberanía de Albania. Firmado el tratado de paz, Italia aprobó su Constitución el 22 de diciembre de 1947, que entraría en vigor el 1 de enero de 1948. Los esquemas políticos iban encajando, pero las dificultades económicas se hicieron sentir durante mucho tiempo en la reconstrucción del país. Fue decisivo en este terreno que el liberal Luigi Einaudi se hiciera cargo de las finanzas públicas, porque su lucha contra la inflación permitiría, aun con dificultades, la búsqueda del camino de la normalidad. Los acontecimientos exteriores modificaron algunos aspectos de la vida política italiana. La guerra fría significó una escisión en los socialistas y motivó la separación de los comunistas del Gobierno. Esta evolución propició una amnistía general que dejó prácticamente sin efecto las medidas que se habían adoptado anteriormente contra los fascistas.

En plena vorágine de la guerra fría coincidieron las elecciones parlamentarias de 1948 con el golpe de Praga. Esto inclinó a los electores a dar su voto a los cristiano-demócratas en una medida superior a la esperada. Los resultados de la consulta electoral concedieron la mayoría absoluta a la DC, que consiguió en esta ocasión su mayor éxito. Einaudi fue elegido presidente de la República y Alcide De Gasperi formó un Gobierno de coalición en el que se integraron con la DC los socialdemócratas, los liberales y los republicanos. Con esta orientación, Italia se fue incorporando progresivamente a la vida del mundo libre occidental: ingresó en la OTAN, en el Consejo de Europa y en las Naciones Unidas. Y fue en Roma, en marzo de 1957, en donde se firmaría el tratado del mismo nombre que dio vida a los proyectos de las Comunidades Europeas.

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