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Datos principales


Rango

XX8

Desarrollo


El Almanaque de El Jinete Azul nació de la doble paternidad de Kandinsky y Marc. Ya en 1910 éste estaba preocupado por las relaciones entre el arte de otras épocas con el de sus días y pensaba publicar algo que las hiciera explícitas. Parece que barajaba el título de Las hojas azules, Die Blaue Blátter. Algo semejante tramaba Kandinsky, quien, en 1912, hablaba de un almanaque que acabara con los límites entre arte antiguo y arte moderno, entre artistas y otros creadores, como los niños o los primitivos, uniendo además -y ésta era una de sus ideas básicas- a pintores y músicos. "Tengo un nuevo proyecto -escribía Kandinsky a Marc en junio de 1911-. El editor será Piper y nosotros dos los redactores. Una especie de almanaque con reproducciones, artículos... y una crónica. Es decir, críticas de exposiciones hechas únicamente por artistas... Un lazo con el pasado y una luz que ilumine el futuro deben dar vida a este espejo. Pondremos una obra egipcia al lado de un pequeño Zeh, nombre de un niño que dibuja bien, una obra china al lado de Rousseau el Aduanero, un dibujo popular al lado de un Picasso y así sucesivamente. Poco a poca atraeremos a escritores y músicos...".Los dos querían demostrar al público que sus tentativas de vanguardia no nacían de la nada, sino que hundían sus raíces en la tradición y que tenían en común con ella los deseos de no copiar la naturaleza y de innovación.

Desde ese punto de vista todo cabe en El Almanaque y de todo hay, sin fronteras geográficas o cronológicas: pintura china, xilografías góticas, máscaras africanas, dibujos infantiles, esculturas precolombinas, pinturas bávaras sobre vidrio, telas, miniaturas medievales, Picasso, Van Gogh, Rousseau, Cézanne, Gauguin, y ensayos sobre música y pintura, forma y color. Pretendían dar a conocer al público el arte nuevo, guiarle en medio de unas obras que, seguramente, no entendería. Pensaban que esa tarea la debían realizar los propios artistas y no los críticos. Así los textos de El Almanaque son guías para entender las exposiciones de El Jinete Azul y el nuevo arte que se hacía por esos años.Abiertos, internacionales y eclécticos -en el mejor sentido de la palabra-, no defendían un estilo determinado: "Hemos explicado en el catálogo de nuestra exposición que el objetivo no era preconizar una tendencia concreta, sino que tenía por principio la diversidad de expresiones artísticas. El frente tenía un ala izquierda (primero calificada de abstracta) y un ala derecha (perfectamente realista). Esta síntesis de principio era entonces una novedad y lo es todavía ahora", escribía Kandinsky. El Almanaque, sin ser manifiesto, es un indicio de su concepción abierta y espiritual de la obra de arte: no importa el nombre o la fama o la época del creador, y tampoco los parecidos físicos, sólo las relaciones internas, espirituales.

De reunir los materiales para El Almanaque, y de confeccionarlos, se encargaron Marc y Kandinsky a lo largo de 1911, mientras Macke se ocupó de la documentación etnográfica y Kandinsky del arte popular ruso. Kubin colaboró con ellos. En el nombre se unieron las ideas de los dos: Die Blaue Blätter, de Marc, y Der Blaue Reiter, título de un cuadro de Kandinsky de 1903. "Encontramos el nombre de El Jinete Azul tomando café...; a los dos nos gustaba el azul, a Marc le gustaban los caballos, a mí los jinetes. El nombre vino sólo", escribía Kandinsky, planteándolo como una conjunción perfecta de las ideas de ambos. Pero la filiación de los términos es clara: el simbolismo fin de siglo y también el romanticismo, en ideas como la nobleza -el caballero- e incluso la santidad -San Jorge-, lo espiritual -el azul-. Además, el caballero en Kandinsky y el caballo en Marc son presencias constantes.El Almanaque se publicó en 1912 y la guerra tuvo la culpa de que no apareciera un segundo número, pero su importancia fue crucial y constituye uno de los textos decisivos del pensamiento artístico de nuestro siglo. De hecho, la primera exposición del grupo se anunció como Primera exposición de la redacción de El Jinete Azul; ellos se sentían redactores de El Jinete Azul, antes que grupo de pintores.

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