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Normandía

Desarrollo


Conforme, pues, se engrosaban las cifras aliadas de destructores, de aviones de largo radio de acción, de portaaviones de escolta, y conforme mejoraban los medios de detección y ataque, la actividad submarina se hizo más difícil, ineficaz y peligrosa para los tiburones de Doenitz, que en la segunda mitad de 1943 hundió 1.080.000 toneladas a las flotas aliadas, perdiendo ¡124 submarinos! Definitivamente, Alemania había perdido la guerra en el mar. En todo el año, había destruido 597 buques aliados, con un total de 3.220.137 toneladas brutas; en el mismo lapso de tiempo los angloamericanos habían botado más de 13 millones de toneladas brutas de buques. En ese año, el Eje perdió un total de 237 submarinos. Durante el resto del conflicto, el mar tendrá su enorme importancia como vía de comunicación entre América y Europa. Desde los Estados Unidos llegarán millones de hombres y de toneladas de material bélico, con los que se abrirá el frente de Francia y desde el que se concluirá la guerra, pero ya no será un escenario bélico. Los submarinos de Doenitz aún hundirían varios centenares de buques aliados (29) y mantendrán en jaque a más de 3.000 buques y más de 5.000 aviones, pero su papel será ya poco mayor que el de meros salteadores en los caminos de la mar. Se vieron obligados a operar en solitario, a permanecer sumergidos durante semanas enteras, a guardar permanente silencio, a ignorarlo todo sobre la marcha de la guerra.

Las animosas tripulaciones de los primeros años dieron paso a equipos de hombres taciturnos, tensos, conscientes de su desesperada situación nacional y personal -de 40.000 hombres que formaron las tripulaciones de combate, perecieron 28.000-, que incluso llegaron a presentar reivindicaciones, como la de no permanecer más de 66 días consecutivos en el mar por cada misión de combate. Los programas de construcción de sumergibles, por otro lado, no se cumplieron durante 1943, y en marzo de 1944 contaba Doenitz con sólo 54 submarinos en el Atlántico, 29 de los cuales -el 54 por ciento- fueron hundidos por los aliados en abril. Los restos de la Marina alemana continuaron distrayendo fuerzas británicas y constituyendo uno de los blancos predilectos de sus misiones de bombardeo. Unos tras otro se hundieron los grandes buques y lo poco que tenía Alemania en la primavera de 1945 jugó un buen papel en el Báltico, retirando tropas y poblaciones civiles de Prusia y Curlandia, pera ya sólo eso: como gran antagonista, como fuerza combativa de primera línea, la Marina de Hitler desapareció en 1943, apabullada por la inmensa producción y la más avanzada tecnología de los angloamericanos.

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