La gran ilusión de los soldados aliados

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Anz/Cass Libro 3

Desarrollo


La mañana del 8 de septiembre, una gran flota desembarco al mando del general americano Mark Clark, que había zarpado de los puertos de Sicilia y Argelia, se dirigía hacia el Golfo de Salerno. A bordo de las 463 unidades, 100.000 soldados ingleses y 70.000 americanos vivían las horas de la tensión previas al desembarco. Los soldados sabían que eran los protagonistas del primer gran asalto a la "fortaleza de Europa". Todos a bordo, incluidos los oficiales, eran completamente ignorantes de lo que había ocurrido aquellos días entre los mandos aliados y los mandos italianos. Ignoraban que Italia se había rendido en secreto algunos días antes, es decir, el 3 de septiembre.Ignoraban que en breve se haría pública la noticia del armisticio y que el ejercito italiano sería invitado por Badoglio a no seguir combatiendo contra los aliados. Ignoraban, en fin, que la liberación de gran parte de Italia iba íntimamente unida al éxito de su empresa. Iban a desembarcar convencidos de encontrar una tenaz resistencia por parte de las fuerzas italianas, además de las alemanas. De repente, la tensión que reinaba a bordo desde hacía muchas horas se rompió mediante una comunicación radiofónica. A las 19: 20 horas del 8 de septiembre de 1943, cuando la costa de Salerno estaba ya a la vista, las radios de abordo transmitieron la noticia: "El gobierno italiano ha firmado la rendición incondicional". La noticia fue totalmente inesperada: los soldados daban saltos de alegría y bailaban en los puentes. ¡La guerra con Italia había terminado!. Ya nadie pensaba en los peligros del desembarco. Todos estaban convencidos de que en vez de una batalla en Salerno, lo que les esperaba era una multitud en fiesta.

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