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Datos principales


Rango

Anzio/Cassino

Desarrollo


En la noche del 11 al 12 de mayo, la División 5.? polaca Krassowa, teniendo como objetivo el cerro Sant'Angelo y el poderoso monte Cairo, lanzó al ataque todos sus efectivos.La moral era altísima y los polacos se ofrecieron en masa. Los paracaidistas no cedieron más que en el monte Calvario, pero luego, reuniendo todas sus fuerzas y guiados por sus mejores observatorios de tiro, hicieron una carnicería en las filas polacas. Tan sólo un oficial y siete soldados polacos bajaron del Calvario.Por la noche, Anders se preguntaría si todos los sufrimientos y humillaciones, luchas y esperanzas frustradas desde la derrota de aquel septiembre maldito de 1939, tenían sentido como para seguir pidiendo tanto. Pero sus hombres le rodearían de pronto, vitoreándole, haciéndole ver que Polonia no se rendiría nunca.Para todos era el nuevo Pilsudski, el jefe que les había sacado de los campos de concentración rusos y llevado a la victoria en África frente a Rommel. Anders era no sólo su general, sino su resguardo para el futuro, después de la muerte en Gibraltar del general Sikorski, el símbolo de la Polonia renacida y libre.Aunque fuese lo último que hicieran en este mundo, acabarían con los paracaidistas alemanes. Luego, muchos se apartaron y rezaron a solas.El 17 de mayo se combatió durante diez horas en el fatídico monte Calvario. Los alemanes se pegaron a los muros de la abadía y despeñaron rocas abajo a los cazadores de montaña de la División 3.

? Karpatika. Los polacos contraatacaron cuatro veces más con idénticos resultados.Unos y otros estaban deshechos, pero ninguno cedía. La matanza se detendría por la intervención directa de Kesselring, quien, al darse cuenta de su insensatez, intervino ante Vietinghoff para realizar la inmediata evacuación de toda la bolsa de resistencia germana en Montecassino. Por la noche, los paracaidistas de Heidrich se replegaron en pequeños grupos hacia el Oeste, logrando pasar el cedazo aliado.Al amanecer del 18 de mayo, las avanzadillas del Regimiento 12.° Poldsoski se desplegaron ante los muros desolados de la abadía para un nuevo ataque. Algunos hicieron la señal de la cruz mientras ya sus compañeros subían a la carrera pendiente arriba.Esperando recibir a cada segundo una descarga cerrada que les tumbase por tierra, cuando se quisieron dar cuenta estaban dentro de los patios destrozados. No había nadie. Tan sólo en las criptas, un grupo de heridos graves, que los alemanes no pudieron evacuar, les miraron con ojos que no esperaban perdón. Pero ellos alzaron sus armas al cielo.Un anuncio solemne del mando aliado comunicó al mundo que, después de cuatro meses de feroces combates, Montecassino había sido conquistado.

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