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Barroco7

Desarrollo


Son otros destacados representantes de esta corriente de la pintura del siglo XVII francés, a los que, como en el caso de Georges de La Tour, un incalificable olvido ha hecho que su entrada en la historia del Arte sea reciente, desde mediados del siglo XIX cuando fueron descubiertos por Champfleury, lo que tiene como consecuencia el que aún hoy existan amplias lagunas en el conocimiento de su vida y su actividad.Fueron tres los hermanos dedicados a la actividad pictórica con el apellido Le Nain. Estos eran hijos de Isaac Le Nain, Sargento Real de Bailiazgo, lo que les situó en el seno de una familia acomodada que residía en Laon, ciudad en la que nacieron en fechas no plenamente seguras pero que tradicionalmente vienen situándose de manera que Antoine nacería en 1588 o tal vez algo más tarde, Louis en 1593 y Mathieu en 1607, siendo ésta la más segura de las de los tres hermanos.Se sabe que a finales de la década de los años veinte del siglo ya se habían instalado en París, donde debieron de llevar a cabo una intensa actividad con una gran aceptación de su estilo por parte de la clientela. Más tarde, los tres intervinieron en la fundación de la Académie Royale de Peinture et de Sculpture en 1648, año en el que además fallecieron dos de ellos, Louis el 23 de mayo y Antoine dos días después. Mathieu vivió más tiempo, hasta el año 1677, debiendo haber gozado durante esta etapa de una gran consideración en el mundo artístico de la capital del reino, como delata el que en 1652 fuera nombrado pintor del rey y que en 1658 comprara una finca con la que adquiría el título de Seigneur de la Jumelle.

Por otra parte, la actividad de los hermanos plantea problemas en la atribución a uno u otro de las distintas obras, puesto que en ocasiones solamente firmaban con el apellido y además la mayoría de los cuadros conservados fueron pintados entre los años 1641 y 1648, cuando los tres coincidieron en su actividad.Sin embargo, tradicionalmente se viene haciendo una clasificación temática en virtud al testimonio del novelista Du Bail, quien en 1643 decía que Antoine pintaba miniaturas y retratos pequeños, Louis cuadros pequeños muy naturalistas, y Mathieu retratos y cuadros grandes.En atención a este testimonio que puede ser confirmado con el análisis de las obras conservadas, se puede llegar a hacer un estudio individualizado de cada uno de los hermanos.Mathieu sería el autor de obras religiosas que en su mayor parte son de gran tamaño, como la serie de cuatro escenas de la vida de la Virgen, hoy diseminada, que fue pintada para la iglesia de los Petits Augustins en la década de 1630; en ella parece muy probable la intervención de sus hermanos e incluso del taller. También sería él el autor del Nacimiento de la Virgen de Notre-Dame de París y del San Miguel de Saint Pierre de Nevers, donde se acerca a un arte italiano de influencia de Carracci o de Gentileschi.También cultivó el género costumbrista en el que dejó obras que le señalan como especialmente dotado para este tipo de pintura. Esto puede comprobarse a través de lienzos como el de Los jugadores de trictrac y el retrato colectivo de El cuerpo de guardia, ambos en el Museo del Louvre, y este último además cercano a la pintura holandesa.

En ellos se reflejan aspectos de la vida soldadesca a la que el artista no fue ajeno, y dejan patente su capacidad para el retrato de grupo al saber captar perfectamente las diferentes actitudes que se pueden dar en distintos personajes que participan de un episodio común, como se ve, por ejemplo, en El cuerpo de guardia, donde entre los soldados reunidos alrededor de una mesa, uno dormita mientras otros parecen posar ante el pintor, mostrando algunos de ellos gran altivez y otros una actitud distraída. Por otra parte, los dos lienzos responden a la técnica claroscurista, especialmente el segundo de ellos, en el que los retratados, gracias a una vela situada sobre la mesa, destacan fuertemente sobre la gran oscuridad que envuelve todo el conjunto.Antoine sería el autor de toda una serie de cuadros de pequeño formato pintados generalmente sobre cobre, en los que se representan familias burguesas y campesinas.Louis es el más importante de los tres hermanos y gracias al cual la familia tiene un verdadero renombre artístico. Su producción más característica consiste en escenas de la vida de familias campesinas, representadas en cuadros de mayores dimensiones que los de Antoine y con una gama de colores sobria y escasa.El origen de esta temática se ha señalado en una influencia, tal vez directa, de Pieter van Laer il Bamboccio, quien en su viaje a Roma pasó por Francia, aunque también se apunta la posibilidad del viaje a Italia de Louis Le Nain como sugiere Paul Fierens, donde sería muy probable el contacto con el pintor holandés.

De todas formas, Le Nain ni trata caricaturescamente a los campesinos ni se burla de ellos por sus torpezas, sino que en sus obras, aunque son rústicos por su modo de vida, gozan de una gran dignidad por su condición de seres humanos. En ocasiones los representa en escenas al aire libre en las que aparecen como un complemento más de unos sobrios paisajes, pero sin embargo son más geniales los cuadros en los que nos los muestra en el interior de sus pobres viviendas, en torno a una pequeña mesa en la que hay productos de la tierra que, aunque escasos, están plasmados con gran realismo y como si de un tema de bodegón se tratara. Las figuras que componen estos grupos están representadas igualmente con un gran realismo, aunque las composiciones delaten unos estudios muy pormenorizados y no una actitud espontánea. Por otra parte, la iluminación responde a las características tenebristas, cayendo la luz con fuerza sobre los personajes que están envueltos en la penumbra de sus oscuras viviendas.Mucho es lo que se ha especulado sobre la razón de estas obras y sobre la clientela que las compraría. Podría imaginarse una burguesía ávida de obras en que se ridiculizara la vida campesina de la que ellos mismos posiblemente no hacía mucho habían escapado; pero en la obra de Louis Le Nain no hay tal sátira. Ello puede hacer pensar en unos clientes que gracias a su esfuerzo personal habían salido prácticamente de la nada y no se avergonzaban de su pasado, sino que querían recordarlo para tener presente el ascenso.

Por otra parte, no están lejanos los días en que la alta sociedad se sentirá especialmente atraída por la vida en la naturaleza y la bondad de las gentes que viven inmersas en ella, como tratará de explicar Jean-Jacques Rousseau con el "Buen salvaje". Igualmente en ese siglo XVIII la alta nobleza gustará de jugar a llevar una vida como la de los campesinos e incluso a retratarse como tales, aunque con vestiduras ricas; podrían estar dándose por lo tanto los primeros pasos de algo que se generalizará algún tiempo después, aunque con serias variantes.En otro sentido, la corriente realista tuvo a mediados del siglo XVII otra interesante e importante actividad en la pintura de bodegones. Sin embargo, poco después, las doctrinas emanadas de la Academia dieron al traste con este género que se consideró como indigno de la pintura, lo que ha hecho que sea muy poco lo que sabemos de los artistas que lo practicaron.El más conocido de todos ellos es Baugin, que ya hace años M. Faré quiso identificar con el pintor de temas religiosos Lubin Baugin, hipótesis que ha sido rechazada. Su vida todavía es una auténtica incógnita y ha sido estudiada especialmente por Charles Sterling, gracias a quien sabemos que en 1630 vivía en París. En medio del desconocimiento que rodea su figura son tres las obras que se le atribuyen, Le Dessert de gaufrettes y Les Cinq Sens del Museo del Louvre, y la Nature morte á la Chandelle de la Galería Spada. En ellas muestra una composición muy estudiada y carente de la aparatosidad de los bodegones flamencos, apareciendo pocos objetos tratados con gran realismo.Junto a él puede señalarse a Linard y a Louise Moillon que, si bien responden a los mismos presupuestos naturalistas, tienen una menor calidad que Baugin.

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