¿Envenenar a nuestras mujeres y a nuestros hijos?

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Kursk: batalla

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Durante la batalla de Kursk, mientras llegaban de todos los frentes noticias alarmantes, los jefes nazis comenzaron a advertir la sensación de inseguridad y de miedo. El mismo Goebbels, ministro de la propaganda, en un momento de desahogo confió al general Guderian que tal vez había llegado el momento de pensar seriamente que los rusos podían entrar en Berlín. Así como "envenenar a nuestras mujeres y a nuestros hijos". La Unión Soviética da miedo. Aunque vencida varias veces, el Ejército Rojo demostró tener unas capacidades ilimitadas para rehacerse. Frente a las 29 divisiones de infantería y las 13 divisiones acorazadas de su Grupo de Ejércitos, Manstein identificó en julio 109 divisiones y 9 brigadas de tiradores, 7 cuerpos de caballería, 7 cuerpo mecanizados, 10 cuerpos, 20 brigadas y 16 regimientos autónomos de carros armados. Aunque elevada, la estimación coincide con el cuadro general del ejercito soviético de 1943: 513 divisiones o brigadas de infantería, 41 divisiones de caballería, 290 brigadas mecanizadas o acorazadas. Orgánicamente, las formaciones rusas son menos robustas que las correspondientes unidades alemanas, aunque en éstas hay algunos vacíos importantes. El grupo sur, por ejemplo, en julio-agosto perdió 133.000 hombres, siendo sustituidos sólo 33.000. Rusia fue terriblemente arrasada, pero disponía de un potencial humano cuatro veces mayor que el de su adversario alemán.

Alemania consiguió una notable mejora. Como ministro de Armamentos, para suceder a Todt, muerto el 8 de febrero de 1942 en un accidente aéreo, Hitler propuso a su arquitecto Albert Speer. La puesta en juego es de nota ya que Speer era un genio. En unos pocos meses se vio encargado de toda la producción bélica, y el ejército que se puso a sus ordenes para el trabajo pasó de 2.600.000 a 14.000.000 de hombres. Los bombarderos aliados destruyeron las ciudades alemanas y los centros industriales, mientras la producción bélica alemana aumento dos, tres y cuatro veces en relación a 1939. Speer revigorizó la Aviación. Desde 1940 hasta 1942 el número de aviones construidos en Alemania ascendió de 10.247 a 15.409. Speer llegará en 1943 a 24.807, y en 1944 a 40.593. Alemania consiguió sacar mas fuerzas de un imperio que se estaba destruyendo, en un territorio saqueado que empezaba a tener cada vez menos reservas. Y sin embargo, los rusos lo hicieron aún mejor. La producción y la puesta en circulación de los carros armados llegó a 2.000 unidades al mes, es decir, dos veces la producción alemana. El arma favorita rusa, el cañón, conoció un desarrollo aún más rápido: 30.000 cañones de calibre superior a los 100 mm fabricados en 1943 permitieron formar divisiones y cuerpos de artillería que reintrodujeron en la guerra el "Trommelfeuer" (fuego tamboreante) de 1916 a 1918. En los sectores ofensivos, la densidad de las piezas alcanzaba normalmente los 300 por kilómetros; el ataque de Belgorod estuvo apoyado por no menos de 6.

000 bocas de fuego. A pesar de ello, la ofensiva alemana en el sector de Kursk no llegó a agotarse. Es evidente el objetivo al que se dirigía el mariscal von Kluge: comprometer, mediante la eliminación del saliente, la suerte de toda la formación central soviética. Fue entonces cuando el mando ruso ordeno a Timoshenko una contraofensiva de gran alcance en el cercano sector de Orel, centro logístico y táctico de gran importancia para los alemanes. Iniciado a mitad de julio con un número relevantes de fuerzas, este intento de diversión obtuvo el efecto esperado: los alemanes se vieron obligados a aligerar su presión en el sector de Kursk para dirigirse al norte en ayuda de Orel. El centro de la lucha se desplazó en aquella dirección: los rusos no consiguieron liberar Orel, pero consiguieron quitarle al enemigo la capacidad de continuar con la ofensiva; de todas formas, seguían decididos a conquistar el saliente, ya que estaban convencidos de que dicha operación tendría un efecto importante en el frente septentrional. Por ello, prosiguieron con la presión ejercida sobre dicho sector utilizando reservas de hombres y medios muy superiores a las de los alemanes. Estos últimos intentaron en vano equilibrar la superioridad enemiga: los rusos no se detuvieron. Finalmente, el 5 de agosto, Orel cayó y el contingente alemán consiguió el milagro de salvarse. El 18 de agosto, el saliente de Orel fue totalmente eliminado.

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