Compartir


Datos principales


Rango

Praxíteles

Desarrollo


Este rápido vuelco de la situación tiene, en el arte ateniense, un efecto inmediato: al ser prácticamente nulos los talleres beocios (si excluimos la divertida y caricaturesca escuela cerámica del Cabireo de Tebas, al fin y al cabo anecdótica), y al haber quedado asfixiadas durante décadas las escuelas peloponésicas (en Argos, Naucides y otros broncistas apenas mantienen el lejano prestigio de sus talleres), resulta que el ambiente ático es el mejor preparado para rehacerse y responder a las demandas de toda Grecia. Más lejos existen, sí, las limitadas escuelas escultóricas de Asia Menor, con una obra tan importante, pero tan aislada, como el Monumento de las Nereidas de Jantos, y también trabajan los talleres cerámicos del sur de Italia y Sicilia, pero se trata de fenómenos regionales, sin capacidad de proyección externa, y, al fin y al cabo, herederos de los maestros áticos de fines del siglo V. En Atenas, por tanto, a medida que avanza la década 380-370 a. C., los talleres van saliendo de su letargo. Una nueva burguesía comerciante se desarrolla al amparo de la evolución económica y se plantea necesidades de tipo cultural. Ya no se trata, como en la época de Pericles, de una clase galvanizada por el nacionalismo y el culto al Estado y a la pólis: protestará siempre por los elevados impuestos, tenderá a aislarse y a prescindir de las asambleas políticas, y descubrirá el gusto por la casa, por la vida doméstica y por un fenómeno nuevo que entonces se esboza: la literatura escrita, la lectura individualizada, la cultura personal. Poco a poco, junto al arte pagado con dinero público y a los exvotos expuestos en los santuarios, empezará a desarrollarse el arte privado, el adorno de jardines, la colección particular de pintura... Pero incluso antes de que esto se difunda, ya la sociedad ateniense se interesa por lo íntimo, por la nueva sensibilidad de lo inmediato y de los sentimientos individuales.

Obras relacionadas


Contenidos relacionados