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Datos principales


Rango

América 1550-1700

Desarrollo


La producción agrícola no ha sido cuantificada ni siquiera en términos aproximativos. Se conocen únicamente datos parciales de determinadas regiones y en un tiempo concreto. Comprendía los dos grandes grupos de cultivos autóctonos y aclimatados. Los primeros se destinaron generalmente al autoconsumo en América, pues las plantas alimenticias más importantes fueron cultivadas muy pronto en Europa, haciendo innecesaria su importación que, además, era muy difícil. Tal ocurrió con la papa, el maíz, el tomate, el ají, etc. Las únicas .que los europeos tuvieron necesidad de importar fueron aquellas que no pudieron darse en Europa, entre las que destacaron el cacao, el tabaco y los colorantes. El cacao, originario de Mesoamérica, se cultivó con mano de obra esclava en Venezuela y en Guayaquil (Quito). La Corona restringió la exportación de cacao guayaquileño a México por el temor de que sirviera para drenar plata peruana, pero favoreció la de Venezuela a España y México, los dos grandes consumidores de este producto. El tabaco se produjo principalmente en Cuba, Puerto Rico, Nuevo Reino de Granada y Venezuela. La monarquía obstaculizó el cultivo en Venezuela por miedo a que diera pie al establecimiento de los holandeses en dicho territorio. El tabaco cubano se impuso por su excelente relación entre calidad y precio. Los colorantes americanos fueron muy solicitados por los centros manufactureros europeos. México y la Capitanía General de Guatemala fueron los grandes productores de añil, grana y palo de Campeche.

El primero de ellos se extraía de las hojas de xiquilite y el segundo de la cochinilla, un insecto que vivía en la tuna. De unos 70.000 insectos se obtenía sólo una libra de colorante, lo que explica su valor. España importó entre seis y siete mil arrobas de cochinilla a fines del siglo XVI, 75.000 arrobas de añil durante la segunda mitad del siglo XVII y unos 5.000 quintales anuales de palo de Campeche a comienzos de la centuria decimoséptima. A estas plantas originales cabría añadir el algodón, del que existía una variedad americana. Entre los cultivos de aclimatación destacaron los propios de la dieta mediterránea, que los españoles introdujeron a fines del siglo XV. El trigo se dio bien en muchos lugares de México, como el valle de Atlixco y la meseta del Anahuac, así como también en Guatemala, algunas zonas del occidente venezolano, altiplano cundinamarqués (Nuevo Reino de Granada) y Quito, y en los valles peruanos, principales abastecedores de los reinos del Pacífico hasta fines del siglo XVII, cuando fue suplantado por el trigo chileno. La vid y el olivo corrieron peor suerte. Su aclimatación fue más difícil y se pusieron cortapisas a su cultivo para evitar la competencia a los productos peninsulares. La vid se aclimató bien en el Perú (valles de Nazca, Ica, Pisco, Paspayá y Arequipa), donde se llegaron a producir 20.000 arrobas de mosto, y luego en Chile. El olivo se dio en algunas regiones mexicanas y chilenas, pero la producción de aceite no llegó a ser importante. La caña de azúcar fue el gran cultivo que permitió la agricultura comercializable en América. Las exportaciones de azúcar dominicano y puertorriqueño datan de la segunda década del siglo XVI. Donde se lograron mejores resultados que en Cuba, que en 1620 contaba ya con medio centenar de ingenios que producían 50.000 arrobas de azúcar.

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