Recinto sagrado de Intihuatana

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Datos principales


Fecha

Siglos XV-XVI

Lugar

Písac

Localización

Pisac, Perú

Localización


Desarrollo


La palabra Intihuantana significa "lugar donde queda atado el Sol", y se trata del barrio sagrado de Pisac. Su situación en lo alto de la montaña es extraordinaria, dominando visualmente gran parte del valle. Estaba organizado siguiendo un esquema bastante rígido, típico del urbanismo incaico, comprendiendo edificios de representación, templos, fortalezas, observatorios, calles, pasajes, túneles y caminos. Ha recibido este nombre porque en la cima se situó el edificio más elegante del recinto; construido en granito sólido de color rosado alrededor de un gran monolito llamado, precisamente, Intihuatana, cuya presencia permite pensar en el lugar como un centro de culto solar importante. En el complejo encontramos el gnomon u observatorio solar; se trataba de un peñón de tamaño medio tallado como un pilar que, al recibir la luz solar, proyectaba una sombra que permitía calcular el tiempo. Las construcciones tienen paredes de tipo sedimentario, es decir, las junturas de piedras pulidas tienen una superficie exterior rectangular. Se cree que este sector fue construido a imagen y semejanza del área sagrada de Cuzco, con espacio para los diferentes dioses. La escasa información hace difícil saber qué tipo de culto se rindió en cada templo. En la parte central del complejo hay un edificio semicircular con una pared recta lateral y puerta principal mirando hacia el sur; por deducción y analogía se establece que éste era el templo del Sol.

En las dos paredes laterales de su entrada hay manos pequeñas talladas en piedra y, ya en el interior, encontramos un altar tallado en piedra con protuberancia cónica central, conocido como Intihuatana o "broche de Sol", utilizado para llevar a cabo diferentes ceremonias de culto al dios Sol, para sacrificar animales y para adivinación. Actualmente, aún es posible notar la forma original que debió tener el altar. La finalidad del templo fue la de observatorio de los movimientos solares, ayudado por una serie de clavijas para calcular las proyecciones de la sombra. Al oeste del templo del Sol hay un altar de piedra tallada que representa las tres fases religiosas del mundo andino: el cielo, el mundo terrenal y el subsuelo. Dentro del complejo hay otros templos con paredes de buena calidad, aunque sus funciones específicas aún no han sido descubiertas. Han quedado también restos de fuentes muy bien talladas cuya función habría sido estrictamente religiosa, pues el agua era una deidad especial entre las personas andinas. Unos 20 m. delante de la puerta de entrada al complejo se encuentra una fuente, cuya base está debajo del nivel del piso. Parece ser que sirvió como recipiente de agua, pues en los laterales se observan dos agarraderas que debieron servir para llevar a cabo baños ceremoniales como forma de purificar el cuerpo. Rompe con la armonía arquitectónica una habitación pequeña ubicada en medio del sector, hecha con paredes de tipo pirka que, probablemente, cumplió funciones de aposento para el tarpuntay o sacerdote encargado de servir los templos.

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