Quesa

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Valencia (provincia)

Localización


Desarrollo


Pueblo de la provincia de Valencia, fue fundado en época musulmana. Los árabes lo llamaron Queixen, es decir, "pueblo azotado por los vientos de oriente". En 1248 cambió su nombre por el actual, tras ser conquistado por Jaime I El Conquistador. A partir de entonces pasó a pertenecer a la Corona de Aragón, hasta que en 1387 Pedro IV El Ceremonioso entregó Quesa y otros territorios a D. Pedro de Jérica. No tenemos más noticias de la población hasta 1604, cuando Felipe III convirtió Quesa y otros territorios en condado, haciendo entrega del mismo a D. Luis Castellar Vilanova. El nuevo señor intentó cambiar el nombre de Quesa por el de Villa Castellar, pero la nueva denominación no arraigó entre los lugareños, quienes continuaron llamando al pueblo de la misma forma en la que lo habían hecho durante los siglos precedentes. Otro hecho importante ocurrió algunos años más tarde, en 1690, cuando una epidemia de peste asoló a la población. Se cuenta que, a consecuencia de la misma, murieron todos los habitantes de la villa excepto una familia, la de los Garcías. No fue hasta cinco años más tarde cuando, pasados los efectos de la enfermedad y repuestos de miedos y temores, algunos pobladores retornaron a Quesa. Para celebrar que había salido indemnes, los Garcías organizaron cada año una comida a la que invitaban a vecinos y visitantes. Con los retornados fueron devueltos también el Santísimo Sacramento y otros objetos litúrgicos que, para su seguridad, habían sido trasladados a la vecina Bicorp. La fiesta que comenzaron celebrando los Garcías ha derivado en la actualidad en la conocida como Fiesta de la Reserva Eucarística, que se celebra cada 14 de febrero. Actualmente, Quesa es una pequeña y apacible localidad, que vive tranquila sobre las faldas de un macizo montañoso, rodeada de interesantes parajes naturales. Son sus monumentos más importantes la iglesia parroquial de San Antonio Abad y la ermita de la Santa Cruz, sin olvidarnos de las pinturas rupestres del abrigo del Voro.

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