Castillo de Locubín

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Castillo de Locubín

Localización


Desarrollo


Localidad jienense distante 68 km. de la capital, en dirección suroeste. Su población actual ronda los 5.300 habitantes. Su relieve se caracteriza por ser montañoso, con el río San Juan, afluente del Guadajoz, como el más importante de la villa. Castillo de Locubín se dedica especialmente a la agricultura, destacando el cultivo de olivos y árboles frutales. La ganadería es ovina y porcina. Los últimos yacimientos realizados en la zona han demostrado la ocupación de ciertas zonas hacia el cuarto milenio a.C., en las cuevas de Plato y Chatarra, habitadas por grupos de pastores fabricantes de cerámica decorada a base de incisiones. Los iberos tuvieron gran importancia, conservándose de ellos importantes vestigios, como el poblado de Cabeza Baja, gran centro poblacional fortificado fundado en un momento tardío de la cultura ibérica, alcanzando su desarrollo en la etapa altoimperial romana, en el siglo I d.C. En el Cerro de Cabeza Baja se descubrió la ciudad romana de Ipolcobulcula, conocida también como "encina hermosa". Con la conquista musulmana, esta pequeña aldea pasó a llamarse Hisn al-Uqbin. La nueva población va surgiendo en torno a la Villeta. Parece seguro que este lugar estuvo en manos del jeque árabe Abencorta, en el año 727, quién participó en diferentes revueltas que se originaron en los pueblos de esta comarca. Durante algún tiempo perteneció al reino ziri de Granada, teniendo que resistir importantes asedios debido a su posición fronteriza.

Fue plaza almorávide y almohade, existiendo referencias históricas acerca de la intervención del califa Abd al-Rahman III, quién sofocó algunas rebeliones muladíes en el año 918. Pasó en diferentes ocasiones de manos musulmanas a castellanas, formando parte de las posesiones de la orden de Calatrava, especialmente en el periodo de Fernando III. Finalmente, en 1341, Alfonso XI se apoderó de la villa y poco después firmó en Burgos un Privilegio por el que donaba el pueblo y el castillo a la ciudad de Alcalá la Real. En 1627, por decisión del propio Felipe IV, Castillo de Locubín fue vendido al marqués de Trujillo, para atender pagos atrasados de la Corona, lo que supuso su separación jurisdiccional de Alcalá la Real. Sin embargo, dicha situación duró poco, ya que en 1693 pasó de nuevo a jurisdicción monárquica. En 1729 se solicitó mediante pleito la separación, pero nuevamente ganaron los argumentos de Alcalá la Real.

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