Realismos de nuevo cuño

Compartir


Datos principales


Desde

1915

Hasta

1930

Desarrollo


Es un fenómeno mucho más complejo de lo que se viene afirmando. Porque en todas las épocas hay tendencias figurativas, naturalistas o realistas, pero no tienen nada que ver con los llamados realismos de nuevo cuño. Los debemos situar cronológicamente algunos años antes del final de la Gran Guerra. Muchos de los vanguardistas más radicales adoptaron entonces posturas más tranquilas, de síntesis y no de análisis. Entre ellos, André Derain, Georges Braque y Pablo Picasso. Sorprendía en especial el caso de Pablo Picasso. A los ojos de los artistas europeos, el principal vanguardista daba marcha atrás y volvía a mirar al arte clásico del pasado. La transformación se produce en 1917 cuando viaja a Italia acompañando a los ballets rusos de Diaghilev. La influencia de Italia volvía a hacerse evidente. Después del Futurismo, se recuperaban los planteamientos más conservadores de la tradición. Por medio de sus artistas -del pasado pero también del presente-, de sus revistas y de exposiciones, Italia dio comienzo en toda Europa a esos nuevos realismos. Una de las fuentes de inspiración era la llamada pintura metafísica, que llevaban practicando desde 1910-1911 pintores como Giorgio de Chirico, Carlo Carrà o Giorgio Morandi. De una manera u otra, toda Europa empezó a pintar así. En Alemania se distinguieron dos formas de arte figurativo: el Realismo Mágico y la Nueva Objetividad. Aquél daba un aire misterioso a los objetos más cotidianos, mientras que ésta tenía, partiendo de un estricto realismo, intuiciones y objetivos sociales, denunciando el caos político y la degradación de costumbres. En Inglaterra, Francia, España y Estados Unidos, los años veinte fueron dominados por este arte. Más allá veían acercarse los dos caminos inmediatos: el surrealismo y la abstracción.

Contenidos relacionados