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Datos principales


Rango

Epoca Oscura

Desarrollo


El final del mundo micénico y la inestabilidad territorial, producto de la inseguridad y de las presiones de pueblos que actúan como piratas o bandidos, favorece la reclusión de los grupos, más o menos sedentarizados o en proceso de hacerlo, en torno a figuras que adquieren cierta autoridad sobre la base de poderes, previos o en formación, capaces de protegerlos o de conducirlos a empresas para buscar nuevos asentamientos más productivos o seguros. Muchos de los nuevos asentamientos vienen a ser continuidad de los micénicos, pero otros parecen situarse sobre lugares no previamente habitados. En cualquier caso, lo característico es el inicio de un nuevo proceso formativo en la península balcánica, así como en Asia Menor. Con ello se iniciaría un proceso, al parecer a partir del siglo XI, de concentración y dispersión, con ciudades que, recientemente configuradas como poleis, se encuentran en condiciones de fundar nuevas ciudades en lugares más o menos remotos. Tras el final del mundo micénico, la lenta recuperación vino a consistir en la nueva concentración de los grupos gentilicios en entidades superiores de carácter tribal, normalmente cuatro entre los pueblos jonios y tres entre los dorios, que sirvieron para consolidar el poder de las aristocracias en el momento de la distribución de las nuevas tierras. Los jefes capaces de conquista y protección, con el nombre de basileis, consolidan su poder al monopolizar la distribución del botín guerrero o de las tierras conquistadas, así como al organizar nuevas campañas para proceder a nuevas ocupaciones.

Sobre estas bases, se estructuran las comunidades sobre los sistemas previos adaptados a nuevas necesidades, en el sistema tribal habitual, por el que los gene se agrupan en phratriai y éstas en philai, a través de un sistema jerarquizado con jefes de tribu que pertenecen a los fuerza más poderosos, los que se han hecho con las mejores partes del botín y reúnen a su alrededor más nutridas clientelas, capaces de proporcionarles la mayor victoria y los productos más ricos, en una forma específica de dependencia. Las nuevas comunidades constituyen formas de colaboración, específicamente a través de un organismo que se generaliza con el nombre de boulé, centro deliberador al que acuden representantes de las clases dominantes para, solidariamente, gobernar al conjunto de la población.

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