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Rango

Distensión

Desarrollo


Sin ser en absoluto intrascendente a ese fenómeno, hoy sabemos que se le atribuyó una importancia desmesurada. La llamada "Revolución del 1968" en ninguna parte obtuvo éxito. Dos fenómenos de mucha mayor trascendencia, en cambio, se fraguaron en estos años sin que la Humanidad llegara a ser consciente de su importancia. El sistema soviético empezó a dar unas muestras de esclerosis que contrastaba con su imperialismo exterior. Al mismo tiempo, además, tenía lugar una auténtica revolución durante los años sesenta que se refería no tanto a la política como al modo de vida. De ella todavía en el momento actual somos herederos, lo que mide su trascendencia. En realidad, no hubo tan sólo una distensión sino varios fenómenos sucesivos para los que se puede emplear este término. En cierto modo se puede decir que, en 1953, tras la muerte de Stalin, hubo un primer aflojamiento de la guerra fría e incluso se puede decir lo mismo de lo sucedido en torno a 1960, después de que Kruschev visitó los Estados Unidos. Pero esos dos momentos no fueron otra cosa que la prehistoria del nacimiento de una realidad internacional nueva. La dura confrontación que las dos grandes superpotencias tuvieron en torno a 1962 en Cuba y Berlín y su resolución mediante acuerdos que evitaron la guerra fue lo que supuso el comienzo de una nueva era en las relaciones entre las grandes potencias.

Fue entonces, por ejemplo, cuando Kennedy dijo desear para el mundo una paz que no tenía por qué ser una "pax americana" sino una paz de la que deberían beneficiarse el conjunto de los seres humanos del mundo. Los rasgos de este período resultan, no obstante, parcialmente contradictorios. Por un lado, se produjo un protagonismo casi monopolístico de las dos grandes superpotencias capaces de tener intereses en el conjunto del globo y también las únicas que podían resolver los problemas del desarme nuclear. Un historiador ha recordado una frase de Platón, de acuerdo con la cual Dios, al no llegar a reconciliar a dos enemigos, acabó por atarlos por sus extremidades. Ésa es una buena descripción de la situación y algo parecido pensaba Chu En Lai acerca de la situación internacional que le había tocado vivir: "Las dos grandes potencias duermen en la misma cama pero no tienen los mismos sueños". Lo que parece contradictorio en esta situación de práctico duopolio es que vino acompañado por una paralela situación de crisis en las alianzas de estos dos adversarios-compañeros que eran las grandes potencias. Sin quebrar por completo se vieron sometidas a crecientes dificultades. Pudo parecer en un principio que la confrontación existente en el seno del mundo occidental era mayor, pero en el comunista se descubrió con el paso del tiempo que era mucho más irreversible. Esta multiplicación de las tendencias en el seno de la vida internacional se produjo en un contexto en que los países del Tercer Mundo adquirían el mayor grado de protagonismo que le concedía el número, en especial en los organismos internacionales.

El camino hacia la distensión se inició en 1962 y siguió avanzando hasta 1968; fue entre 1968 y 1973 cuando pareció dar mejores resultados en las manos de unos políticos que parecían prosaicos pero al mismo tiempo daban la sensación de ser capaces de llegar a acuerdos sobre problemas muy complicados y de aparente imposible solución. A partir de 1973 la etapa de la distensión fue sustituida por otra en que parecía que se reanudaba la confrontación de la guerra fría en un momento en que en el seno del mundo occidental, pero también en el soviético, daba la sensación de que todavía no se habían superado los testimonios de disidencia tan abundantes desde fines de los años sesenta. En ese momento, no obstante, había ya concluido un conflicto, la guerra de Vietnam, que había ensombrecido con su confrontación todo el período de distensión precedente.

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