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Datos principales


Desarrollo


Claudio había heredado unas finanzas públicas deficitarias como consecuencia de los despilfarros de Calígula y de la gestión administrativa de los senadores. Su objetivo principal fue dotar a la administración de personal especializado y reforzar los mecanismos de control. La caja central del Tesoro dirigido por el Senado, aerarium Saturni, ya se había manifestado deficitaria bajo Augusto. Mientras que éste resolvía estas situaciones con transferencias de fondos de la caja imperial, fiscus, Claudio optó por una política intervencionista. Aceptaba seguir siendo el protector del Erario pero, a la vez, comenzó a interesarse por el nombramiento de los cuestores responsables del mismo. Los ingresos de las provincias imperiales eran mayores y ello justificaba el necesario intervencionismo del emperador en el Erario, al que libró también de compromisos económicos para asignarlos al Fisco, como fue el importante capítulo de gastos necesario para la distribución de alimentos a la plebe de Roma. Claudio llegó a servirse del ejército para mejorar los ingresos del fisco. Así, cerca de la actual Wiesbaden, para explotar una mina de plata, "las legiones tuvieron que sufrir fatigas y pérdidas, cavar canales y hacer trabajos bajo tierra que incluso a cielo abierto serían duros" (Tac., Ann., XI,19) Para agilizar los trámites administrativos, Claudio reorganizó todos los servicios centrales, ampliando el número de secciones con funciones específicas; así, a la oficina central ab epistulis, encargada de la correspondencia oficial y dirigida por el liberto Narciso, se añadieron las siguientes: a libellis, regentada por Calixto y encargada de atender peticiones; a studiis, responsable de proyectos administrativos; a cognitionibus, oficina que preparaba los documentos sobre procesos judiciales en los que intervenía el emperador; a rationibus, oficina central de finanzas bajo la dirección del liberto Palante.

De la oficina central de finanzas dependían otras situadas en cada capital de provincia imperial, las que a su vez controlaban la actividad de otras oficinas menores encargadas del cobro de impuestos indirectos. En la administración financiera de Claudio, se distinguían las finanzas de carácter público dependientes del Fisco de la administración del patrimonio particular del emperador, patrimonium. Al ser ambos gestionados por esclavos y libertos imperiales y ante la gran libertad del emperador en todas las cuestiones relacionadas con el Fisco, siempre fue tentador el confundir los fondos del fiscus con los del patrimonium. Y tal tipo de confusiones comenzó a ser frecuente en épocas posteriores. Siguiendo el modelo de Augusto, también Claudio intervino activamente en la administración de la justicia. Hay dos rasgos característicos de su comportamiento en este campo: por una parte, el propio emperador actuaba de juez en procesos extraordinarios; en segundo lugar, sin suprimir los jurados de Roma ni los existentes en las ciudades del Imperio, consiguió que se concediera capacidad jurídica a los procuradores para resolver pleitos menores relacionados con la esfera de su competencia. Ambas medidas limitaban los campos de actuación de los senadores, aunque sirvieron para hacer una administración de justicia mas ágil y, al parecer, más exenta de viejas corruptelas.

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