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Datos principales


Desarrollo


A raíz de la muerte de Augusto se produjo una revuelta de las legiones de Germania y de Panonia. No protestaban contra el nuevo emperador; simplemente se quejaban de las malas condiciones de vida que los soldados estaban soportando (escasez de comida y de ropa, malos tratos de los centuriones, largo servicio seguido de un futuro incierto a su licenciamiento...). Tácito (Ann., I, 16-52) informa con detalle sobre estas revueltas. Druso, el hijo de Tiberio, tuvo el encargo de aplacar a las legiones de Panonia mientras el sobrino e hijo adoptivo, Germánico, llevó a cabo la pacificación de las legiones asentadas en la frontera renana. La revuelta de estas legiones, que terminó con la vida de varios centuriones a manos de los soldados y que fue aplacada por Germánico con métodos diversos y simultáneos (castigos, licencias, súplicas y promesas), no hubiera tenido tanta trascendencia si no hubiera sido por la peculiar forma aplicada por Germánico para hacer olvidar: sin previa declaración de guerra y sin motivos dados por los pueblos germánicos, el ejército romano cruzo el Rin y comenzó a devastar todo lo que encontraba a su paso hasta llegar al río Elba. Germánico estaba además actuando contra las decisiones de Augusto y del propio Tiberio de fijar la frontera en el Rin. Por otra parte, resultó una campaña militar infructuosa, que sólo condujo a alargar durante dos años una guerra terminada y a la pérdida de la vida de muchos soldados romanos para terminar volviéndose a fijar la frontera en el Rin.

A pesar de todo, Tiberio concedió a Germánico la celebración de un triunfo sobre los germanos y le encomendó otras misiones de gran responsabilidad en Oriente. Allí, en representación del Estado romano, Germánico renovó el pacto con los partos y coronó a Zenón como rey de Capadocia, uno de los reinos clientes que protegían la frontera romana. Pero de nuevo Germánico, sobrepasándose en sus competencias, aprovechó su estancia oriental para visitar Egipto sin permiso del emperador; allí tomó medidas como la de bajar el precio del trigo para la población local, lo que no dejaba de ser políticamente irresponsable, por más que fuera humanitario, ya que Egipto era uno de los graneros básicos de Roma. El año 19 d.C., Germánico muere en Antioquía con síntomas de envenenamiento a juzgar por los contemporáneos. El gobernador de Siria, Cn. Calpurnio Pisón, y su mujer Plancina fueron acusados y condenados por tal muerte mientras el Senado a instancias de Tiberio decretaba los mayores honores en favor de Germánico. Otras intervenciones de Tiberio en Oriente permiten comprobar que introdujo matizaciones sobre la línea marcada por Augusto. Así, aplicó la medida de anexionarse la Comagene y Capadocia, hasta entonces pequeños reinos clientes. La intervención romana en Tracia es otro testimonio de la situación ambigua en que se encontraban estos pequeños Estados vasallos. Augusto había dividido Tracia en dos pequeños reinos al frente de los cuales puso a dos príncipes locales, Cotys y Rhaskypolis.

Los conflictos entre éstos bajo el gobierno de Tiberio se resolvieron con la intervención romana, que puso al frente de uno de ellos a un personaje romano, Trebeleno Rufo; a su vez, para incrementar el control, Tiberio refundó una ciudad con su nombre. Las protestas locales fueron aplacadas con la intervención del ejército romano. Bajo el corto paréntesis del gobierno de Calígula, se volvió a la organización prerromana. Pero, poco más tarde, bajo Claudio, Tracia fue anexionada y pasó a formar parte del territorio romano. Los otros frentes de inestabilidad estuvieron en el norte de Africa, con la revuelta de Tacfarinas (17-24 d.C.) y con otra de menor entidad en las Galias (21 d.C.). Las dificultades económicas creadas al final del gobierno de Augusto fueron utilizadas para estimular los descontentos locales y las aspiraciones nacionalistas. Aplacadas militarmente ambas revueltas, la buena gestión económica de Tiberio puso unas bases más sólidas para la pacificación del Imperio y la implicación paulatina de los provinciales en la defensa del Estado. Los estudios arqueológicos y epigráficos están demostrando que, bajo el gobierno de Tiberio, se llevó a cabo una intensa labor constructiva en muchas ciudades provinciales, lo que refleja la mejora económica resultante de la nueva política imperial.

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