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Datos principales


Rango

XX11

Desarrollo


Giorgio de Chirico (1888-1978) y la pintura metafísica que realiza entre los años 1912 y 1917, y que se difunde a través de la revista "Valori Plastici", juegan un papel decisivo en la pintura surrealista. Si hay un pintor al que casi todos se remiten como un alma gemela es el italiano, un artista con cuya sensibilidad conectan inmediatamente. Su mundo mágico, onírico, de ciudades desoladas, fuertemente geometrizadas, con perspectivas que parecen salidas de un tratado renacentista, vacías, muertas, en las que el tiempo se ha detenido y por las que no pasa más que algún extraño maniquí sin rostro -deshumanizado él también, como la ciudad-, ejerce una atracción fatal sobre los surrealistas, empezando por el mismo Breton. El contó que paseando por la calle en 1920 vio en una galería un cuadro de Chirico e inmediatamente se sintió atraído por él. Tanguy se decidió a ser pintor a la vista del mismo y su huella es perceptible en Magritte, Delvaux, Dalí e incluso en Ernst. Breton ya escribió sobre él en 1920 en su revista; en "El Surrealismo y la Pintura" le situó el primero, lo incluyó en la Primera exposición surrealista de 1925 y le dedicó homenajes como colocar sus cuadros de fondo para fotografías, tanto la suya delante de El enigma de un día, como la de todo el grupo delante del Sueño de Tobías.Aunque Chirico renegó de su pintura metafísica y llegó a hacer toda clase de tonterías para demostrar que aquellos cuadros tan admirados no eran suyos, tanto éstos como sus palabras conectaban inmediatamente con la sensibilidad y con las ideas de los surrealistas. Su capacidad para establecer relaciones irracionales entre objetos en composiciones irracionales, consiguiendo imágenes de una poesía visual muy fuerte, está en la base del surrealismo.

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