Hasta en tres ocasiones volvió el artista al hotel Savoy y allí, desde una privilegiada posición en alto, ejecutó varias vistas de los puentes de Waterloo y Charing Cross. El crítico de arte Gustave Geoffroy, amigo íntimo del artista, recordaba una visita que había realizado al estudio de Monet en compañía de Clemenceau durante el año 1900: "Varias veces le vimos en el balcón de su cuarto mirando hacia el Támesis: el puente de Charing Cross a su derecha, el puente de Waterloo a su izquierda... Entre ambos, las aguas del Támesis, casi oculto por la niebla, se ondulan formando olas. Un barco pasa como un fantasma. Los puentes casi desaparecen en el espacio, y sobre ellos un movimiento casi imperceptible parece dar vida a la opacidad de la niebla: trenes que pasan uno tras otro sobre el puente de Charing Cross... es un espectáculo impresionante, solemne y tenebroso... El espectador tiene la impresión de que todas las cosas están a punto de desvanecerse, sumergirse y desaparecer dentro de esta oscuridad incolora". Se cree que durante los tres inviernos que Monet pasó trabajando en Londres (de 1899 a 1901) el pintor concluyó solamente doce vistas del Támesis, hechas allí mismo queremos decir. De vuelta a Giverny, trabajó al menos en ocho lienzos más, aunque no expondría un conjunto de vistas de Londres - un total de 37 - hasta 1904, cuando las mostró en la Galería Durand-Ruel. Para entonces se sabe que Monet había reelaborado casi todas las pinturas en su estudio, puesto que no estaba tan interesado en la exactitud topográfica como en el estudio de las condiciones de la atmósfera. En la exposición de 1904 que comentamos, Georges Lecomte afirmó que Monet nunca había logrado una sutileza y una capacidad de atracción tan interesantes como en esas obras. Más allá fue Gustave Kahn, amigo de pintores como Seurat, el célebre divisionista, al afirmar lo siguiente: "El agua es como un espejo sobre el cual las sombras vaporosas se persiguen y se suceden unas a otras frágiles, lentas armonías, como las de Schumann".
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obra
Desde su primer viaje a Londres, escapando de los tumultos que estaban produciendo los revolucionarios parisinos en 1870, Monet se sintió hechizado por la atmósfera de Londres. Como afirmó en muchas ocasiones, lo que más le atraía era la presencia de la niebla, que producía efectos atmosféricos únicos y que a él, como artista, le sugería infinitas posibilidades creativas. Además, en el cuadro que contemplamos, existe otro registro que debe ser resaltado, como es la presencia protagonista del puente metálico. Los impresionistas se sintieron devotos del progreso técnico, de la modernidad, y en numerosas ocasiones no dudaron en retratar trenes, puertos, coches de caballos, etc. La ingeniería de puentes se había convertido, a esas alturas del siglo, en la sustituta de una gran parte de la arquitectura, y de dicha circunstancia se hicieron eco, como decimos, los impresionistas.
monumento
La calzada romana que encontramos en las cercanías de Cirauqui -y que también forma parte de la Ruta Jacobea- cruza un puente de un sólo arco, con más de 8 metros de luz y significativa altura sobre el cauce del río. La primitiva rasante fue alterada al elevarse los tímpanos, obras que posiblemente fueron realizadas en 1702 por los canteros Juan de Iruñagoitia y Miguel de Unamusaga.
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En esta eclosión de la arquitectura metálica en los primeros años de siglo XIX, y especialmente en Gran Bretaña, los puentes fueron precisamente las realizaciones pioneras. De entre ellos hay que destacar este conocido como puente de Clifton, obra maestra de la ingenieria del ochocientos realizado por Brunel.
monumento
Construido en el siglo XIV, los primitivos pilares parecen levantados en época romana, sufriendo una reconstrucción posterior fechada en el siglo XII. En el centro del puente se levantaba una torre que fue destruida durante la Guerra de la Independencia por las tropas francesas durante su huída, momento en el que también fue destruido el ojo central. El puente presenta ocho arcos, cada uno de ellos diferente, con la parte central más elevada, lo que hace que todo el puente queda en cuesta.
monumento
A las afueras de Belorado encontramos el río Tirón, atravesado por una serie de puentes, algunos de reciente creación y otros de etapa antigua. Dentro de esta última categoría entra el puente de piedra llamado de El Canto, mandado construir sobre una calzada romana por Alfonso VI, dando a Belorado privilegio de peaje sobre personas y animales. El actual puente está asentado sobre antiguas pilastras de un puente medieval.
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Aburrido de Argenteuil, donde ya prácticamente no le quedaba ningún tema por tratar - el Puente de Argenteuil o el jardín de su casa en El almuerzo, por citar dos ejemplos - Monet decidió trasladarse a París en enero de 1877 con un nuevo objetivo: la estación de Saint-Lazare. Para ello se alquilará un estudio en las cercanías de la estación. Conservamos doce cuadros sobre este tema, siendo éste que aquí contemplamos uno de los más interesantes. Las columnas de humo y vapor protagonizan la composición y se mezclan con la nubosidad del cielo invernal parisino. La atmósfera distorsiona los contornos, elimina las formas de manera casi absoluta y preludia la abstracción. Junto a su deseo de mostrar los efectos de la luz sobre un objeto - anticipo de los cuadros sobre la catedral de Rouen - está la atracción por lo moderno, uno de los objetivos del Impresionismo.