Crátera ática de figuras rojas
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Poseer una crátera griega ricamente decorada hubo de ser un símbolo de alto prestigio en la sociedad ibérica . Esta moda se extenderá, ya bien introducidos en el siglo IV a. C., al uso generalizado de unas copas áticas de figuras rojas de pésima calidad, generalmente decoradas con esquemáticos atletas y jóvenes conversando envueltos en mantos. No sabemos en qué medida estos productos incorporan una cierta mentalidad helenizante, una emulación de prestigio que el ibero comparte con otros pueblos mediterráneos. Yo me inclino a pensar también en una reinterpretación simbólica de estos motivos por el ibero. Así, cabe leer algunas escenas de las cráteras con escenas de simposio como heroizaciones del difunto en un teórico banquete funerario. Ante la frecuencia de escenas dionisíacas -como en esta crátera que contemplamos- en muchos de estos vasos podríamos pensar que los iberos aceptaron rasgos de este ritual tan extendido en diferentes pensamientos mediterráneos de ultratumba. Los púnicos han podido ser mediadores de algunas de estas ideas. Es un momento especialmente intenso pero efímero en la entrada de imágenes griegas: la importación masiva de cerámica ática descenderá notablemente a partir de mediados del siglo IV a. C. para dejar prácticamente de adquirirse en los últimos decenios de esa centuria.