Exportaciones mineras
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Independencias ameri
Desarrollo
Una situación algo más complicada atravesaron los países productores de metales preciosos. Mientras Chile pudo aumentar tanto su producción como sus exportaciones de metálico, en parte debido a sus necesidades para pagar sus importaciones de manufacturas y sobre todo por la expansión de su minería cuprífera y por los menores costes de explotación de sus yacimientos, las cosas no fueron tan sencillas en México, Perú y Bolivia, que seguían centradas en la producción de plata. La extracción del cobre chileno se benefició por un sistema de transporte y comercialización que acercaba los centros productores a los puertos exportadores, algo que no ocurría en otras latitudes, y también por la mayor disponibilidad de mano de obra. Antes de hablar de las exportaciones argentíferas sería conveniente una puntualización sobre el estado de la minería después de la emancipación. Resulta corriente oír que tras la independencia el sector minero de estos tres países entró en quiebra. Las investigaciones más modernas sobre el tema tienden a relativizar los efectos destructivos que tanto las guerras de emancipación como las guerras civiles tuvieron sobre el propio aparato productivo, aunque lo cierto es que se asistió a una importante parálisis de la producción provocada, fundamentalmente, por la escasez de capitales para invertir en el sector. La utilización del mercurio como el principal insumo para la obtención de la plata, siguiendo el ya tradicional método de patio, era otro elemento que aumentaba los costos de explotación y las necesidades de financiación, sobre todo si tenemos en cuenta que se trataba de un producto que debía ser importado, ya que México carecía de azogue y en Perú, los yacimientos de Huancavelica estaban en franca decadencia.
Sólo algunos yacimientos siguieron en explotación y en condiciones bastante difíciles, especialmente por la falta de capitales con que financiar sus actividades. Tanto en México como en Bolivia la reactivación de la producción de plata se debió fundamentalmente a la puesta en explotación de nuevos yacimientos, como ocurrió en la región de Zacatecas, más que a la reactivación de yacimientos abandonados. En Chile, la importante mina de plata de El Chañarcillo se descubrió después de la emancipación. Las explicaciones centradas en la falta de mano de obra como un elemento negativo no parecen tener demasiado asidero. Tanto en México como en Perú las exportaciones se redujeron considerablemente. En México se pasó de una media de exportaciones superior a los 2 millones de libras esterlinas en el período 1796-1820 a menos de medio millón en 1823. Siguiendo a Heraclio Bonilla, vemos cómo en el Perú la contracción fue mucho más dramática, ya que de una media exportadora superior a 1.330.000 libras en el período 1791-1795 se pasó a 94.290 libras en 1826. En ambos casos, al igual que en otros países latinoamericanos, la independencia no sólo supuso la reducción en el monto de su comercio exterior, sino que una balanza que tradicionalmente era superavitaria se transformó en deficitaria. La minería de oro de Nueva Granada atravesó por una situación semejante a las anteriores.
Sólo algunos yacimientos siguieron en explotación y en condiciones bastante difíciles, especialmente por la falta de capitales con que financiar sus actividades. Tanto en México como en Bolivia la reactivación de la producción de plata se debió fundamentalmente a la puesta en explotación de nuevos yacimientos, como ocurrió en la región de Zacatecas, más que a la reactivación de yacimientos abandonados. En Chile, la importante mina de plata de El Chañarcillo se descubrió después de la emancipación. Las explicaciones centradas en la falta de mano de obra como un elemento negativo no parecen tener demasiado asidero. Tanto en México como en Perú las exportaciones se redujeron considerablemente. En México se pasó de una media de exportaciones superior a los 2 millones de libras esterlinas en el período 1796-1820 a menos de medio millón en 1823. Siguiendo a Heraclio Bonilla, vemos cómo en el Perú la contracción fue mucho más dramática, ya que de una media exportadora superior a 1.330.000 libras en el período 1791-1795 se pasó a 94.290 libras en 1826. En ambos casos, al igual que en otros países latinoamericanos, la independencia no sólo supuso la reducción en el monto de su comercio exterior, sino que una balanza que tradicionalmente era superavitaria se transformó en deficitaria. La minería de oro de Nueva Granada atravesó por una situación semejante a las anteriores.