Muwatalli

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Datos principales


Tipo

Político

Cargo

Rey

Desarrollo


A la muerte de Mursil II su hijo Muwatalli le sucedió en el trono hitita. Su hermano menor, el futuro Hattusil III recibió los cargos de gran mayordomo, general y jefe de la división de carros, ocupando el cargo de gobernador del Alto País. Los continuos ataques de los pueblos gasga motivaron el traslado de la capital al sur, a Dattassa, abandonando Hattusa que fue saqueada por los bárbaros. Tras tres años de dominio, Hattusil, como gobernador del Alto País, acabó con los gasga. En ese momento, Muwatalli estaba luchando en Arzawa, en el sudoeste de la Península de Anatolia, consiguiendo mantener en sus manos esta región gracias a una sabia política matrimonial acompañada de la utilización de la fuerza. Una vez asegurada las fronteras norte y sudoeste, Muwatalli pudo dedicar todos sus esfuerzos a la zona de Siria, donde los faraones deseaban establecer su soberanía. En primer lugar alentó una revuelta palestina contra los egipcios. Viendo que la estrategia fallaba, decidió intervenir personalmente y se enfrentó con las tropas egipcias dirigidas por el faraón Sethi I en Qadesh, saliendo vencedor el egipcio. En la misma línea de enfrentamiento hitita-egipcio encontramos la sustitución del rey de Amurru, Bentesina, por su aliado Sabili, ya que el primero se había apresurado a reconocer el señorío egipcio de su reino. El enfrentamiento se produjo en el norte de Qadesh, volviendo a decantarse la victoria del lado egipcio.

Posiblemente se firmara una paz entre ambos reinos tras estas primeras luchas que tendrán continuación en el reinado de Ramsés II. A comienzos del siglo XIII, Adadninari de Asiria emprende una política expansionista que culmina con la anexión de la región de Hanigalbat, perteneciente al reino de Mittani. Muwattali vio sus fronteras comprometidas y decidió tomar la iniciativa. Organizó contra Egipto una potente alianza que comprometía a más de veinte pueblos, agrupando a la mayoría de los principados del Asia Menor y Siria. Una vez más, los ejércitos se encontraron en las cercanías de Qadesh, plaza fuerte aliada de los hititas. Muwattali envió a Ramsés dos espías para engañar al joven faraón, anunciándole que las fuerzas hititas habían huido a Alepo ante la contemplación del poderoso ejército egipcio. Ramsés decidió perseguir a su adversario y se produjo la famosa batalla de Qadesh, mítica en su resolución según los textos egipcios. Amurru fue recuperado para la órbita hitita y Siria era controlada con firmeza por Muwatalli, a pesar de los esporádicos intentos egipcios por atacar algunas zonas. Sin embargo, esta batalla cerraba el paso de Muwattali hacia el sur e iniciaba un periodo de dos años de paz, rota por el exitoso avance de las tropas egipcias, lo que provocó que Muwattali enviara tropas para defender la ciudad de Tunip. Una vez más Ramsés II salía victorioso del encuentro. Si bien la situación en el sur del Imperio volvía su cauce, en el norte de nuevo se rompió la estabilidad. Los gasga volvían a atacar el territorio hitita y Hattusil tuvo que intervenir, recuperando la ciudad de Hakpissa. Hacia 1295 a.C. fallecía Muwatalli dejando como heredero al hijo de una de sus concubinas, Urhi-Teshub quien tomó el nombre de Mursil III.

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