Mariano José de Larra

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Datos principales


Tipo

Literato

Fecha nacimiento

1809

Lugar nacimiento

Madrid

País nacimiento

España

Fecha muerte

1837

Lugar muerte

Madrid

Cargo

Escritor y periodista

Desarrollo


La figura más conocida del movimiento literario romántico en España, Mariano José de Larra, nació en Madrid en 1809, en la popular calle de Segovia, edificio de la antigua Casa de la Moneda y uno de los barrios más castizos del Madrid de la época. Sus padres son don Mariano de Larra y Langelot, médico, y doña Maria de los Dolores Sánchez de Castro. Son los años en que la invasión napoleónica impone en el trono español a José Bonaparte, más conocido como Pepe Botella. A la caída de éste, el afrancesado don Mariano y su familia han de exiliarse en Francia siguiendo a los ejércitos franceses en retirada, recalando finalmente en Burdeos, donde trabajará como médico castrense. En Francia, el joven Larra accede a una educación inspirada en los principios liberales e ilustrados, muy diferente de la que se imparte en España por aquellas fechas. A los nueve años, ya de vuelta en Madrid gracias a una amnistía dada por Fernando VII, ingresa en las Escuelas Pías, iniciando un recorrido por diversos centros educativos que le hará pasar por un internado en Corella, Navarra, el Colegio Imperial de los jesuitas y los Reales Estudios de San Isidro, ambos en Madrid. Ya en estos primeros años de su vida, Larra manifiesta su interés por la creación literaria, traduciendo la Ilíada del francés, componiendo una Gramática castellana y escribiendo en verso una Geografía de España. Simultáneamente, comienza sus estudios universitarios de Derecho en Valladolid, que acabará abandonando a causa de un desengaño amoroso.

Ocurre que nuestro joven autor se enamora perdidamente de una bella mujer mayor que él, pasión no correspondida que finaliza en drama cuando Larra descubre que se trata de la amante de su padre, lo que le obliga a dejar definitivamente su casa. Decide entonces estudiar Medicina en la Universidad de Valencia, si bien tampoco en esta ocasión logrará finalizar la carrera. De vuelta a Madrid, Larra se hace socio del Ateneo y comienza a frecuentar algunas tertulias literarias, como la del Teatro Príncipe -llamada El Parnasillo-, a la que acuden muchos escritores y artistas de la época. También comienza a cultivar la poesía, publicando en 1827 dos Odas mal acogidas por la crítica, dentro todavía del estilo neoclásico. En una de ellas, dedicada a la Exposición de la Industria Española, alaba la laboriosidad y prosperidad de las provincias, mientras que en la otra escribe sobre un terremoto que acaeció por entonces en Andalucía. Un año más tarde funda un folleto llamado El Duende Satírico del Día, donde firma bajo el seudónimo de "El Duende" y del que sólo aparecieron cinco números, pues fue prohibido por orden del gobierno. Con 20 años, en 1829, Larra se casa con Josefina Wetoret y Velasco. El matrimonio no resulta feliz para nuestro autor, como quedará reflejado en 1832 en un artículo titulado "El casarse pronto y mal". Finalmente, la pareja se romperá de manera definitiva en 1834, el mismo año en que Larra se siente atraído por la cantante Grissi, una pasión que no llegará a materializarse.

Pero el verdadero y gran amor de Larra será la bella Dolores Armijo, esposa de José Cambronero, relación que debió iniciarse hacia 1832, cuando aun estaba casado, y que continuará, de manera tormentosa, hasta casi el final de sus días. En agosto de 1832 funda una nueva publicación, El Pobrecito Hablador, en la que escribe bajo los seudónimos de "El Bachiller don Juan Pérez de Munguia" y el de "Andrés Niporesas". Se trata de una revista satírica en la que Larra disecciona los temas de actualidad y de la vida cotidiana. Las costumbres españolas no escapan a su ojo crítico, fustigando con su certera pluma algunos rasgos del carácter español que considera nocivos. Sin embargo, la publicación alcanza sólo los 14 números, pues recibe numerosas críticas que finalizan, una vez más, con el cierre gubernativo. Larra se dedica entonces a ejercer la crítica de teatro, escribiendo en la Revista Española bajo el seudónimo de "Fígaro", aunque sin abandonar la redacción de escritos de carácter satírico. Son años de apertura liberal en España, favorecidas por la regente María Cristina, en los que sus ácidos textos costumbristas son bien recibidos en un gobierno que pretende la regeneración moral del país. Son estos los años más fecundos de Larra, en los escribe incesantemente y goza de público prestigio, siendo bien recibido en tertulias y círculos ilustrados. Pertenecen a esta etapa artículos mordaces como el titulado "Vuelva usted mañana", en el que critica lo que considera pereza y falta de diligencia del funcionariado.

1834, sin embargo, es un mal año para Larra. Si bien publica una novela y un drama, en el que da sus primeros pasos en el romanticismo, también es el año en que se separa de su mujer, rompe con su amada Dolores Armijo y abandona su trabajo en la Revista Española. Es una etapa crítica, reflejada en unos textos en los que se deja ver la amargura y el pesimismo. En 1835, tras volver con Dolores Armijo y pasar algún tiempo en Badajoz, viaja por Europa, conociendo Francia, Inglaterra, Bélgica y Portugal. En 1836 es elegido diputado por Ávila, cargo que nunca llegará a ocupar debido al Motín de la Granja, que acaba con el periodo liberal en España. Nuevamente cae Larra en la depresión, pues a su frustración política se añade otra ruptura con Dolores. Hondamente decepcionado, intenta la reconciliación con ésta, para lo que acude a visitarla en su casa. Dolores argumenta que quiere volver al lado de su esposo, lo que quita al apasionado Larra las escasas ganas de vivir que todavía le restaban. Es el 13 de febrero de 1837, día en el que el escritor decide acabar con su vida de un tiro en la sien. La muerte del joven literato conmociona a la sociedad del momento. A su entierro acuden multitud de políticos, artistas y escritores. Uno de estos, el joven Zorrilla, lee una elegía ante su tumba. Es un final digno de una vida y una personalidad apasionadas.

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