Ignacio de Constantinopla

Emperador bizantino entre 811-813, sucesor de Nicéforo I. Su debilidad de carácter se manifestó en la entrega periódica de dinero al ejército y el clero al tiempo que reconoció la dignidad imperial de Carlomagno. Fue derrotado por los búlgaros y una rebelión le sustituyó por León V.

El patriarca de Constantinopla era la cabeza de la Iglesia ortodoxa y el segundo jefe del Estado al ser nombrado por el emperador. Sus funciones pasaban por velar por el dogma, disponer en materia de disciplina, fijar la liturgia, nombrar al resto de los obispos y participar en la organización y en las rentas de los monasterios vinculados.

Emperador bizantino entre 842-867. Dejó el gobierno en manos de consejeros que acabaron con la lucha iconoclasta y detuvieron momentáneamente el conflicto con los musulmanes. La disputa teológica con Roma vivió su momento álgido cuando Bizancio procedió a la evangelización de los pueblos eslavos gracias a la labor del patriarca Focio. Le sucedió Basilio I.

Patriarca de Constantinopla (827 h.-886) puso las bases de la separación entre las Iglesias romana y bizantina.

Emperador de Bizancio entre 867-886 sustituyó a Focio por Ignacio como patriarca, conseguirá extender la influencia bizantina por la península Balcánica y tomará parte en la lucha contras los musulmanes en la Italia meridional. Desarrollará un importante proyecto legislativo y cultural.

Será Basilio I quien inaugure una nueva dinastía llamada macedónica que permanecerá gobernando el Imperio Bizantino durante dos siglos. La restauración política y cultural será la principal obra de estos emperadores.