Tumbas de héroes antiguos

Datos principales


Autor

Caspar David Friedrich

Fecha

1812

Estilo

Romanticismo Alemán

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

49,5 x 70,5 cm.

Museo

Hamburger Kunsthalle

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Pertenece, junto al Cazador en el bosque y Cueva y monumento funerario, a lo que se ha dado en llamar la "iconografía de la resistencia". Es decir, a la serie de cuadros de tema patriótico que Friedrich realizó entre 1812 y 1814 y cuyo fondo era la exaltación de la resistencia alemana a la invasión de Napoleón, en el contexto de la Guerra de Liberación alemana. El de 1812 es, precisamente, un año de estrechez económica para Friedrich a causa de la guerra. Al año siguiente, a la entrada del ejército francés en Dresde, dadas sus simpatías patrióticas, Friedrich habrá de salir de la ciudad y esperar en el Elbsandsteingebirge. Esta magnífica obra fue expuesta en la Academia de Berlín en septiembre de 1812. En ella, dos soldados franceses se encuentran ante una caverna rodeada de monumentos funerarios. En primer plano, sobre una tumba abandonada, aparece el nombre "Arminio", que designa al caudillo de los Queruscos germanos, quien luchó en el ejército de Roma y luego retornó a Germania para encabezar una rebelión y destruyó las legiones del general Varo en el año 9 a.C. De esta forma, Friedrich expresa su convencimiento de la derrota de los franceses. La tumba nueva, en forma de obelisco, posee la inscripción "G.A.F. Edler Jüngling Vaterlandserretter", es decir, "G.A.F. Al Jóven Caído en Defensa de la Patria". Esta persona a quien se dedica el monumento, y probablemente el cuadro, no ha sido aún identificada, aunque seguramente se trate de algún patriota conocido por el pintor, caído durante la guerra. Una serpiente roja, blanca y azul (los colores de Francia), símbolo del Diablo, se mueve junto a la tumba de Arminio. Para este óleo, Friedrich empleó una serie de dibujos realizados en las montañas del Harz en 1811, sobre una cueva en Rübeland, modificados según la intención de la obra. Lo más destacable es su composición, en la que no existe cielo alguno y la línea visual es dirigida hacia la cueva. Esta estructura es la habitual en las obras de tipo patriótico del pintor.

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