Tránsito de la Virgen

Datos principales


Autor

Juan Correa de Vivar

Fecha

1550 h.

Material

Oleo sobre tabla

Dimensiones

254 x 147 cm.

Museo

Museo del Prado

Contenidos relacionados


Es frecuente que los artistas eviten la representación de la muerte de María, sustituyéndola por el tema del tránsito o la dormición. El tránsito implica el paso de un estadio a otro, sin que la Virgen haya de sufrir la muerte como los demás seres humanos. Tras su expiración, María pasó directamente al cielo, junto a su hijo, y es la única persona que no habrá de esperar al Juicio Final para disfrutar la Gloria eterna. Este es el tema que nos ocupa.Correa, en su característico estilo dinámico y grácil, ha situado en el centro del cuadro la cama de la Virgen, moribunda, rodeada por los doce Apóstoles. Ellos llevan los objetos de la Extremaunción, y a sus pies, San Juan, adoptado por María tras la muerte de Jesús, se arrodilla entristecido.Dos detalles captan la atención del espectador en el primer plano, dos detalles que nos aproximan al mundo de la realidad terrenal, que son el bodegón de membrillos sobre una bandeja de plata, en el mueblecito de madera; y la figura de un donante, algo extraordinario para el año que estamos tratando. El donante es el retrato de la persona que encargaba la pintura, pero se había abandonado su representación durante el siglo anterior.El plano más alejado del espectador es también el más cercano a la divinidad. Allí aparece la Virgen, rodeada de ángeles, ascendiendo al cielo, donde la espera su hijo. El autor plantea un juego ilusionista, puesto que la escena podría ser la Ascensión real vista a través de la ventana, o un cuadro colgado en la pared representando el acontecimiento. Este es un juego típico del Manierismo, que busca elementos sofisticados y de juego, que sólo clientes cultos supieran apreciar.

Compartir