Tocador de pífano

Datos principales


Alias

El pífano

Autor

Édouard Manet

Fecha

1866

Estilo

Impresionismo

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

161 x 97 cm.

Museo

Museo de Orsay

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Cuando Manet presentó este Pífano al Salón de 1866 - junto al Actor trágico - recibió el enésimo rechazo por parte del jurado. Esta actitud contraria de la pintura oficial hacia Manet motivó las alabanzas del escritor Émile Zola a este cuadro, expresadas en un artículo que provocó las protestas de los lectores y el inmediato cese de su puesto. El artista muestra a un pequeño instrumentista vestido con el uniforme de la Guardia Imperial. El muchacho, que pertenecía a dicho cuerpo militar, fue llevado al estudio de Manet por el comandante Lejosne, amigo común de Baudelaire y Manet. Algunos especialistas consideran que las manos y el rostro serían los de su hijo, Leon Köella, al no poder posar las suficientes sesiones el pequeño músico. La figura se recorta sobre un fondo neutro que no separa pared y suelo; sin embargo, el joven no resulta una figura plana ni se eleva sino que, al contrario, es muy volumétrica y se asienta perfectamente en el espacio. Esta sensación es conseguida al situar una pequeña sombra entre sus piernas, que recuerda al Pablillos de Valladolid que había hecho más de dos siglos atrás el genial Velázquez y que Manet había admirado en el madrileño Museo del Prado. Su atracción por el artista español se inició en las frecuentes visitas al Louvre, donde acudía a copiar obras de artistas consagrados, llegando a decir de Velázquez que era el pintor de los pintores. El homenaje a la pintura velazqueña se refuerza con la sensación de aire, que demuestra el respeto de Manet a la tradición pictórica.

Al incorporar un elemento contemporáneo - como el tocador de pífano - a esa tradición, el artista une los conceptos de modernidad y tradición, unión muy atractiva para él, como se aprecia en numerosas obras - Desayuno en la hierba, por ejemplo-. Pero Manet también incorpora novedades en sus obras y aquí se observa claramente la influencia de la estampa japonesa, especialmente en los pantalones, planos y realizados con manchas lisas de color. El empleo de la estampa japonesa como referencia será habitual en la mayor parte de los artistas del Impresionismo. El perfecto dibujo, que define toda la obra del pintor, modela la figura y la hace más volumétrica. Es destacable cómo retoma su afición por los contrastes entre tonos claros y oscuros, que refuerza mediante la supresión de las tonalidades intermedias.

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