Susana y los Viejos

Datos principales


Autor

Giovanni Francesco (Guercino) Barbieri

Fecha

1617

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

175 x 207 cm.

Museo

Museo del Prado

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La historia que aquí se narra es la de la joven Susana, que fue espiada por unos viejos durante su baño. Éstos le ofrecieron dinero para que cediera a sus demandas, a las que ella se resistió. Guercino nos describe el momento en que la joven, ignorante aún de la presencia de los viejos, es descubierta por éstos, que se disponen a asaltarla. Los dos viejos están en actitudes contrapuestas. El más avanzado mira a la muchacha mientras con un gesto parece indicarle a otro personaje que se esté quieto. Este personaje que no aparece es amonestado por el segundo viejo, que le ordena silencio. ¿Quién es el personaje? Tal vez un tercer viejo, o tal vez el espectador del lienzo, que de esta manera queda convertido en otro voyeur, según un juego ilusionista propio del Barroco. De esta manera, el espectador tiene la ilusión de que la escena se desarrolla ante sus ojos y de que participa en ella. Guercino emplea recursos caravaggiescos para plasmar a los viejos, que se encuentran en semipenumbra. El rostro del más anciano incluso se halla cubierto por la sombra que proyecta ese tercer personaje fantasma. La otra mitad del lienzo, ocupada por Susana, es de corte clasicista. La acción está ralentizada, se adivinan los suaves movimientos de la muchacha, que se apoya en unas construcciones clásicas de mármol. Más blanco que el propio mármol es su cuerpo, de proporciones igualmente clásicas, dibujado a la manera de una estatua. Guercino, pues, sintetiza con elegancia las componentes del Barroco italiano en esta obra.

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