Suplicio y entierro de San Cristóbal

Datos principales


Autor

Andrea Mantegna

Fecha

1448-50

Estilo

Renacimiento Italiano

Material

Fresco

Dimensiones

332 cm. en base

Museo

Iglesia de los Ermitaños de Padua

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Mantegna ha pintado las dos escenas de la vida de San Cristóbal de manera unitaria, empleando una columna fingida para separar los episodios, compartiendo el mismo escenario. La perspectiva se transmite a través de la arquitectura renacentista que observamos, utilizando sendos puntos de fuga en los laterales: las columnas en la zona de la derecha y los árboles en la izquierda. A través de la estructura de madera donde se enreda la parra se refuerza la sensación de perspectiva, al igual que en las baldosas del suelo, la parte más afectada por las bombas. En la escena de la izquierda se ubicaría el martirio del santo, atado a una columna, mientras los arqueros ocupaban el espacio intermedio. Esta zona está perdida en la actualidad, conociendo su organización gracias a antiguas fotografías y diversas copias. Al fondo se sitúa el rey de Samos, tomando el maestro como fuente La Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine. En la escena de la derecha se muestra el traslado por las calles de la ciudad del cadáver del santo decapitado; un nutrido grupo de figuras contempla cómo los soldados arrastran el cuerpo sin vida de san Cristóbal, destacando los gestos provocativos de los militares. Mantegna exhibe su capacidad para representar el mundo clásico a través de las arquitecturas y las diversas decoraciones, dotando a sus edificios de erudición arqueológica. Sus figuras gozan de una monumentalidad escultórica especial dentro del Quattrocento al ser más naturalistas, aportando sentimiento a la pintura. La composición pertenece a los frescos que pintó Mantegna en la capilla Ovetari de Padua, destruidos en su mayoría durante la Segunda Guerra Mundial. El Martirio de Santiago también forma parte de la serie.

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