Sepulcros de los Reyes Católicos y de don Felipe y doña Juana

Datos principales


Autor

Domenico Fancelli

Fecha

1514-25

Material

Mármol

Museo

Museo catedralicio de Granada

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La producción artística de Granada sufrirá una importante transformación con el intento imperial de convertir la ciudad en sede terrena y panteón de los Austrias, lo que multiplicará las iniciativas. Las primeras se centran en la Capilla Real y serán llevadas a cabo por la nobleza, de manera previa a la censura que el emperador establece en la Capilla Real en su visita de 1526. El inicio del cambio del plan gótico comienza con el encargo a Doménico Fancelli del cenotafio de los Reyes Católicos. El sepulcro se inspira en los modelos cuatrocentistas italianos como la tumba de Sixto IV, obra de Pollaiolo. El esquema no avanza en exceso sobre las propuestas italianas pero sí es clave para entender el cambio estético que se ha producido en la corte. Se asume el concepto humanista de la muerte, significando no la idea medieval del triunfo de la muerte sino el triunfo sobre la muerte conseguido mediante la Fama, la cual hace perdurar el recuerdo del difunto mediante sus virtudes expresadas con una compleja simbología que permite la inmortalidad en este mundo. Las esculturas dormidas de Isabel y Fernando descansan sobre un lecho troncopiramidal que permite amplios laterales para desarrollar un importante grupo de símbolos con escenas religiosas alusivas al triunfo espiritual sobre la muerte (Bautismo de Cristo, Resurrección), a los que se une la idea del éxito militar mediante la representación de los santos guerreros (san Jorge y Santiago).

El programa se completa con estatuas de los Apóstoles y Padres de la Iglesia. Motivos exclusivamente decorativos, heráldica, emblemas de los monarcas y una cartela, a los pies, sostenida por putti que, con caracteres latinos, explica el sentido de triunfo en la actividad guerrera de los reyes contra los musulmanes, cierran el conjunto. El sepulcro de Felipe y Juana fue realizado por Bartolomé Ordóñez con mármol de Carrara, retrasándose su instalación hasta 1603. La obra es un túmulo más alto que el de Fancelli con las figuras yacentes de los monarcas claramente idealizados. Frente a los personajes centrales las significaciones religiosas se concretan con los temas de la Natividad, Oración del Huerto, Santo Entierro y Epifanía, así como con las estatuas sedentes de los ángulos, que representan a san Miguel, san Andrés y los santos Juanes. La fuerza expresiva de los distintos grupos escultóricos así como el relieve de los elementos decorativos de unión contrastan vivamente con el bajorrelieve casi pictórico del sepulcro contiguo.

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