San Francisco de Asis en éxtasis

Contenidos relacionados


En el Barroco cambiaría la iconografía relativa a San Francisco, mostrado ahora al santo en éxtasis o penitente. Ribera recoge en esta composición el momento en que el santo recibe los estigmas en el monte Alvernia, de ahí el gesto de los brazos abiertos y levantados. El santo viste un pobre hábito ceñido por el cordón y dirige su mirada al cielo, agradeciendo las señales divinas que han marcado su cuerpo. La monumental figura esta tratada de forma naturalista, interesándose tanto por el gesto extasiado como por las calidades de las pobres telas o del cordón. Tras él, en segundo plano, observamos la figura del hermano León que lee un libro. La escena se desarrolla al aire libre, mostrando un bello paisaje presidido por un cielo nuboso con tonalidades de atardecer. La composición se estructura a través de las diagonales constituidas por los brazos del santo, reforzadas por la presencia del árbol y la roca en el fondo. La pincelada es más rápida y empastada, consiguiendo crear cierta sensación atmosférica en algunas zonas del segundo planoo. La influencia inicial de Caravaggio ha dejado paso en esta década de 1640 a la escuela veneciana, sin renunciar al clasicismo de los boloñeses y la elegancia de Van Dyck.

Compartir