Palacio de los Cárdenas (Toledo). Techumbre

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El arte mudéjar es fruto de la adopción, por parte de los conquistadores cristianos, de la tradición técnica y artística de la cultura andalusí, aunque adaptada al gusto gótico y la mentalidad cristiana. Entre las producciones mudéjares destacan, por su maestría y belleza, las techumbres de madera. La techumbre más sencilla es el alfarje o techo plano, como el procedente del palacio de Fresneda. Un poco más compleja es la techumbre de par y nudillo, constituida por parejas de vigas (pares) dispuestas oblicuamente, que apoyaban sus extremos inferiores en las vigas horizontales dispuestas sobre los muros y asentaban los superiores en una viga horizontal o hilera situada a mayor altura. Para evitar el pandeo de los pares en su parte central, se colocaban entre ellos pequeñas vigas horizontales (nudillos) cuya repetición daba lugar a un plano horizontal. En definitiva, esta techumbre estaba formada por la intersección de dos planos oblicuos laterales con uno horizontal central. Las techumbres de madera han sido denominadas genéricamente, y de una manera inapropiada, artesonados. Sin embargo, el artesonado, en sentido estricto, es el techo de madera constituido por una sucesión de casetones o espacios poligonales (artesones) obtenidos por la intersección de cuatro planos oblicuos y el central, resultando la forma de artesa que le da nombre. La decoración más frecuente en las armaduras es el lazo musulmán o trazado geométrico, que puede ser "apeinazado", si los peinazos o cintas que forman el lazo van ensamblados, o "ataujerado" si los elementos que hacen los lazos van clavados a una tablazón que, a su vez, va clavada sobre los nudillos y alfardas, elementos sustentantes que quedan ocultos.

De la gran variedad de tipos existentes, el Museo Arqueológico Nacional tiene algunos ejemplos, como la armadura de artesa de la capilla del convento de San Francisco de Cifuentes, ochavada; o la compleja armadura cupular del salón cuadrado del palacio de los Cárdenas, que se decora con lacería sobredorada y pintada; descansa esta armadura sobre un anillo circular y éste, a su vez, sobre un tambor octogonal con el escudo de los Cárdenas, del que se pasa a la planta cuadrada por medio de las pechinas decoradas con mocárabes. También se exponen en las salas del Museo fragmentos de artesonados, como las tabicas o tablillas pintadas con figuras y temas decorativos, e incluso los "socarrats" de Paterna, que podían sustituir a las tablas.

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