La Ultima Cena

Datos principales


Autor

Salvador Dalí Domènech

Fecha

1955

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

167 x 268 cm.

Museo

National Gallery (Washington)

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El llamado periodo "místico-religioso" fue uno de los más productivos del artista catalán. Después de la Segunda Guerra Mundial inicia una revisión de su fe y refleja sus sentimientos en la pintura. Como hito en ese proceso, en noviembre de 1949 es recibido en audiencia por el Papa Pío XII. En 1951 concluye la redacción del "Manifiesto místico", que será editado en París por Michel Tapié y Robert Godet. El espíritu del texto puede resumirse en este párrafo: "se llega al éxtasis místico por el camino de perfección de Santa Teresa de Ávila y por la penetración sucesiva en las moradas del castillo espiritual. Estéticamente, por la auto-inquisición feroz del sueño místico más riguroso, más arquitectónico, más pitagórico...En estética es a los místicos y sólo a ellos a quienes toca resolver las nuevas 'secciones áureas' del alma de nuestro tiempo". Dalí considera que tras el tiempo de las vanguardias, de la destrucción, del nihilismo, correspondía la llegada de una nueva era de construcción, de equilibrio. O, como él podía pensar, de Picasso a Dalí: "Ahora la nueva época de la pintura mística empieza conmigo". Cuatro años después realizaba uno de los cuadros culminantes de ese periodo, esta Última Cena. Desde luego, existe el recuerdo a los grandes pintores del pasado: en la composición, Leonardo da Vinci; en la descripción minuciosa de las capas y de los alimentos, la Escuela española del Siglo de Oro, con Zurbarán y Velázquez al frente. Pero hay una exagerada devoción a la geometría. En primer lugar, en la habitación donde se celebra el acto, que sorprende por su diseño y por las paredes transparente; pero no sólo ahí, incluso en los calculados pliegues del mantel se aprecia esa voluntad de control absoluto de la realidad por parte del pintor. En paralelo a la gloriosa representación de Jesucristo, el paisaje del fondo (recuerdo de las costas de Cadaqués) también se ve bañado por una luz dorada, triunfal.

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