La túnica de José

Datos principales


Autor

Diego Rodríguez de Silva Velázquez

Fecha

1630

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

233 x 250 cm.

Museo

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

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Motivado por sus amplios deseos de aprender y animado por el gran Rubens -que estaba en Madrid en 1628 en viaje diplomático- Velázquez realiza su primer viaje a Italia entre 1629 y 1631. Será un viaje de estudios, en el que conocerá tanto la Antigüedad clásica como lo realizado por los grandes maestros del Renacimiento -Miguel Ángel, Leonardo o Rafael sin olvidar a Tintoretto y Tiziano- interesándose también por lo que se hacía en aquellos momentos, especialmente por el Clasicismo boloñés de Guercino o Annibale Carracci. Durante su estancia romana, Velázquez realizó dos escenas en las que se aprecia claramente su evolución: la Fragua de Vulcano y La túnica de José. La túnica de José recoge también un tema relacionado con el efecto que causa una noticia, igual que su compañero. Los hermanos de José, celosos sin duda del pequeño, le introducen en un pozo y le quitan sus ropas, que más tarde serían entregadas a su padre manchadas de sangre, informándole de la muerte del muchacho debido al ataque de unas alimañas. Jacob, el padre, reacciona ante la noticia con un gesto de sorpresa y horror. Las enseñanzas aprendidas en Italia por el maestro sevillano se pueden observar claramente en este lienzo: el suelo embaldosado, procedimiento típico del Quattrocento para crear el efecto espacial; el colorido claro, con azules, rojos o amarillos, inspirado en la escuela de Carracci; las figuras muy bien modeladas, destacando su musculatura aunque las poses sean algo teatrales; la apertura al fondo y el paisaje típico del Cinquecento; o el difuminado de las figuras del fondo inspiradas en la escuela veneciana.

La iluminación quizá sea una reminiscencia del Naturalismo Tenebrista de años anteriores, al crear fuertes contrastes entre zonas de luz y zonas de sombra. El hecho de colocar a las figuras de los hijos de Jacob en diferentes posturas es una muestra del deseo del artista por demostrar su dominio sobre la anatomía, dándonos el frente, el perfil y la espalda. Resulta interesante destacar la pincelada más suelta en la alfombra y el perrillo, apareciendo aquí la técnica del "manchado" que después empleará con enorme maestría. La tensión y el dramatismo que se viven en la escena han sido recogidos perfectamente por Velázquez, demostrando su facilidad para contar historias en las que el espectador se integre. Estas dos imágenes fueron adquiridas por Felipe IV en 1634 y destinadas al Palacio del Buen Retiro, siendo trasladada ésta a El Escorial posteriormente.

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