La estrella vespertina

Datos principales


Autor

Caspar David Friedrich

Fecha

h. 1830-35

Estilo

Romanticismo Alemán

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

32,2 x 45 cm.

Museo

Freies Deutsches Hochstift

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Esta obra es, con probabilidad, identificable con el 'Recuerdo de Dresde' que fue sorteado en julio de 1835, en Stettin, por el Kunstverein für Pommern y pasó a manos del juez Calow de Golnow. En él, tres personas retornan al atardecer de un paseo por el campo. La ciudad que aparece en lontananza es Dresde, levemente modificada por Friedrich. Se presenta vista desde el Este, rodeada de álamos. Son reconocibles la Kreuzkirche, la Frauenkirche, el Schlossturm (la torre de palacio) y la Hofkirche. Al igual que en Las edades, las figuras son identificables con la propia familia de Friedrich: su esposa, Carolina, una de sus hijas y su hijo Gustav Adolf, nacido en 1824, quien alza los brazos a la vista de la ciudad. La estructura es, en parte, similar a la de Colina y campo roturado cerca de Dresde, realizado un decenio antes. En primer plano, una colina oculta la ciudad e imposibilita la transición de planos hacia el medio, a modo de barrera. Su curva se alza hacia el horizonte, respondida por una suave caída de la línea de las nubes. El horizonte viene determinado por la línea de colinas tras la ciudad, en la que se recortan la ciudad y los álamos. Estos planos estáticos, en que Friedrich emplea los colores habituales (marrón oscuro para el primer plano, azules y verdes grisáceos para el medio y fondo), contrastan con el dinamismo de las nubes; la línea en que se desplazan tiende a converger con el horizonte en un punto a la derecha fuera del cuadro.

Hacia ese punto se dirigen, asimismo, los caminantes. Perpendiculares a estas líneas, encontramos una sucesión de verticales: los álamos de la izquierda, las tres figuras, las torres silueteadas de la ciudad y, finalmente, otra hilera de álamos; todas ellas, aun en distintos planos, se relacionan en un mismo nivel. Sobre el contenido simbólico de esta obra, se plantean numerosos interrogantes. Sin embargo, todo parece aludir a la muerte en esta escena en que los caminantes se dirigen a la ciudad celestial, que el niño saluda con alegría. De esta manera suele ser representada por el pintor, en una lejanía inalcanzable, como en Greifswald a la luz de la luna, de 1817. La estrella vespertina, sobre la cúpula de la Frauenkirche, es una alegoría de la muerte, promesa de la resurrección.

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