Infante don Luis

Datos principales


Autor

Francisco José de Goya y Lucientes

Fecha

1783

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

48´5 x 39´4 cm.

Museo

Colección Particular

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La efigie de don Luis de Borbón es uno de los cuadros preparatorios para el magnífico cuadro familiar que realizó Goya durante la estancia en el verano de 1783 en Arenas de San Pedro acompañando a tan ilustre familia, con la que mantendrá excelentes relaciones. El infante se recorta sobre un fondo oscuro vistiendo casaca con cuello de encaje, portando la banda azul de la Orden de Carlos III y la roja del Toisón de Oro, las más altas dignidades de la Corona española. En su efigie muestra ciertas dosis de cansancio y de amargura por su "exilio" alejado de la corte madrileña. No en balde la vida de don Luis parece estar inspirada en una opereta. Hijo menor de Felipe V e Isabel de Farnesio, nació en el palacio de La Granja el 25 de julio de 1727. Fue nombrado a la edad de 8 años Arzobispo de Toledo y de Sevilla, accediendo años después al cardenalato, aunque nunca llegaría a ordenarse. Aficionado a la vida mundana más que a la ascética, decidió renunciar a sus dignidades eclesiásticas para organizar a su alrededor una pequeña corte en Aranjuez, entre cuyos miembros se incluía el pintor Luis Paret. Las aficiones femeninas de don Luis no gustaron a su hermano Carlos III quien veía en él a un potencial enemigo por cuestiones de estado. Y es que la Ley Sálica - ley sucesoria impuesta por los Borbones a su llegada a España en el siglo XVIII - no permitía reinar a los que hubieran nacido fuera del país.

Curiosamente el futuro Carlos IV había nacido en Porticí (Nápoles) por lo que el Rey Ilustrado se dedicó a hacer la vida imposible a su hermano para que éste nunca apelara a sus derechos sucesorios. Don Luis decidió contraer matrimonio morganático - los hijos habidos en esa relación nunca podrán ser herederos de un reino - con la noble dama aragonesa María Teresa de Vallabriga en 1776 para autoapartarse de la sucesión a la Corona española. Nombrado Conde de Chinchón, se instaló en Arenas de San Pedro formando una pequeña corte de pintores, músicos y eruditos a la que llegaría Goya en ese verano de 1783, iniciándose entre ambos una excelente relación - el infante llegó a decir del artista "Este pintamonas aún es más aficionado a la caza que yo" - convirtiéndose don Luis en el primer protector del genio aragonés. Esta agitada vida se refleja a la perfección en este estudio que Goya realizó en una mañana.

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