El Príncipe Felipe Próspero

Datos principales


Autor

Diego Rodríguez de Silva Velázquez

Fecha

1659 h.

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

128´5 x 99´5 cm.

Museo

Kunsthistorisches Museum

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Este excelente retrato del príncipe Felipe Próspero quizá sea en el que se muestra de mejor manera el cariño de Velázquez hacia un niño. El pequeño era hijo de Felipe IV y Mariana de Austria y nació en Madrid el 28 de noviembre de 1657 "a las once y tres y cuartos de la mañana" según las crónicas. Recibió los nombres de Felipe por su padre y Próspero por la prosperidad que su nacimiento auguraba. Siempre fue un niño con aspecto enfermizo y salud delicada, falleciendo el 1 de noviembre de 1661, sin llegar a cumplir los cuatro años, a causa de la epilepsia y otras enfermedades. Para evitar ese mal estado de salud llevaba un buen número de reliquias y amuletos en sus vestiduras - algunos contra el mal de ojo - como aquí claramente se aprecia. El pequeño príncipe apoya su brazo derecho sobre un sillón, haciendo que nos apenemos más de él en lugar de otorgarle majestuosidad. Sobre el sillón vemos un perrillo faldero, cuya mirada acuosa acentúa el pesimismo de la escena, obteniéndose un gran efecto de tristeza y melancolía. Este perrillo es uno de los mejores trozos de pintura salidos del pincel de Velázquez. La figura se sitúa en una habitación, apreciándose al fondo una ventana por la que entra un pequeño rayo de luz. En la zona de la derecha observamos un taburete con un cojín sobre el que se coloca el sombrero. El cortinaje de la zona izquierda recuerda los retratos de aparato típicos del Barroco Español. Las tonalidades rojas dominan la composición, animadas por el blanco del delantal del pequeño. Los tonos negros refuerzan el contraste entre las tres tonalidades presentes en la obra. La soltura de pincelada se aprecia claramente en la alfombra o en el perrillo, obteniendo una sensacional imagen gracias a la luz y el color como gran heredero de la escuela veneciana que era Velázquez. Cinco días después del fallecimiento de Felipe Próspero, Mariana de Austria daba a luz al heredero de la corona: Carlos II, dejando por fin Felipe IV sucesión masculina.

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