Cristobal de Castañeda y Pernia

El destino de este retrato de Cristobal de Castañeda y Pernia era, posiblemente, el madrileño Palacio del Buen Retiro

Palacio del Buen Retiro

Palacio madrileño construido en la década de 1630, concebido como residencia de recreo, y ubicada en la zona del Prado de San Jerónimo. Albergó una fabulosa colección de pinturas, muchas de las cuales pueden verse en el Museo del Prado.

Más información

, donde estaría inventariado en 1701. Se fecharía alrededor de 1634, como sus compañeros El bufón Don Juan de Austria

El bufón Don Juan de Austria

Pareja del retrato de Cristobal de Castañeda, Don Juan de Austria hacía el papel del héroe de la batalla de Lepanto en la parodia que se realizaba ante los reyes y la corte. Junto a la figura, Velázquez ha situado varios arneses, viéndose al fondo una batalla. El suelo embaldosado para otorgar la sensación de perspectiva es muy habitual en el Quattocento Italiano.

Más información

- con quien formaría pareja - y Pablillos de Valladolid

Pablillos de Valladolid

La figura de este supuesto actor, ya que parece que declama, ha sido situada por Velázquez en un espacio donde no existe referencia a la habitación, prescindiendo deliberadamente de pintar la línea que separa el suelo de la pared. Aun así, la figura de Pablillos no se eleva ni es plana; al contrario, destaca su volumen gracias a la sombra que surge tras él. El maestro se anticipa con esta fórmula al impresionista Manet.

Más información

. Los especialistas consideran que Velázquez no acabó este lienzo, debido a la diferencia existente entre el manto, muy retocado y relamido, y el resto, en el que se aprecia una pincelada más suelta, indicando que estaría abocetado.Cristobal era un bufón cuya gracia consistía en realizar gestos amenazantes y emplear una jerga soldadesca, por lo que interpretaba a Barbarroja en la parodia de la batalla de Lepanto

Batalla de Lepanto

Enfrentamiento militar entre la Santa Liga y la armada turca en 1571, del cual resultó vencedora la primera, poniendo fin a la dominación turca en el Mediterráneo.

Más información

que se realizaba en palacio. Ese gesto fanfarrón ha sido perfectamente captado por el maestro, tanto en su rostro - con la mirada penetrante - como en la actitud del personaje. Su marcha de la corte se debió al destierro que le impuso el Conde-Duque de Olivares por hacer una gracia con su persona. Habiendo preguntado Felipe IV al bufón sí había olivas en Balsaín - tierra de pinares en la cercanías de Segovia - éste contesto: "Señor, ni olivas ni olivares".