Construcción del puente del diablo

Tal paisaje de penumbras

El paisaje y otras naturalezas románticas

El paisaje pintado es un género que adquiere un relieve muy especial en el contexto del arte romántico, no sólo por el número de sus cultivadores, sino incluso porque ha llegado a interpretarse, y no sin razones, como elemento sintomático de las intenciones estéticas de aquel período.

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, inhóspito, hace honor al nombre del puente, las montañas

El atractivo de las cumbres

El tema de la montaña lo encontramos en numerosos paisajes de fines del XVIII y del primer tercio del siglo XIX. El motivo de la alta montaña, habitualmente alpina, satisface un deseo de naturaleza no dominada, no sometida, salvaje y, por lo tanto, absolutamente ajena a toda decadencia humana y a toda corrupción. La atracción por este tema surge con la civilización moderna.

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son moles de piedra que ocultan la luz que promete estar al fondo, y parecen imponerse apesadumbradamente sobre la siesta de los obreros que han hecho un alto en el trabajo. Estos elementos hostiles nos ubican en los valores del placer negativo que surge de aquello que espanta, como se nos explica en las investigaciones dieciochescas sobre la poética de lo sublime. El tema majestuoso de la montaña produce sentimientos encontrados de atracción y repulsión, y para este efecto requiere que exista una dualidad previa, un distanciamiento entre objeto y sujeto como el que propicia el pintor al contrastar fuertemente el poder informe de las colosales montañas con la precaria condición del trabajo del hombre, sobre el que se ciernen estas formaciones como un salvaje reto.