Bodas de Caná

Datos principales


Autor

Bartolomé Esteban Murillo

Fecha

1670-75

Estilo

Barroco Español

Material

Oleo sobre lienzo

Dimensiones

179 x 235 cm.

Museo

Barber Institute of Fine Arts

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Según el Evangelio de San Juan (2; 1-11) Jesús, en compañía de su madre y sus discípulos, asistió a una boda en Caná. Al faltar vino, Jesús realizó su primer milagro: la conversión de agua en vino, lo que motivó la reprimenda del maestresala al novio: "Todos sirven primero el mejor vino, y, cuando se ha bebido bastante, el peor. Tú has guardado el buen vino hasta ahora". Murillo emplea este tema pare realizar una de sus obras con mayor número de personajes. La escena se desarrolla en un interior de clara inspiración clásica. Una gran mesa sobre la que se sientan los invitados preside la composición, distribuyéndose a su alrededor más de 20 personas. En el centro se hallan los novios, inundados por la luz blanca y potente que se dirige hacia los cántaros de primer plano, verdaderos protagonistas de la escena. En la izquierda aparece Cristo en el momento de realizar el milagro, acompañado por María. Los sirvientes se disponen a echar agua en las vasijas mientras el maestresala dirige su mirada a los comensales. Las figuras se disponen en planos paralelos con lo que se aumenta la sensación de profundidad. Murillo emplea vestidos orientales en algunos personajes, mantos, turbantes o una preciosa tela en la mesa que contemplamos a la izquierda, lo que podría indicar, según los especialistas, la relación de Sevilla con el mercado oriental durante el siglo XVII. El empleo de estos vestidos, la amplitud del escenario y el gran número de figuras empleadas traen a la memoria las escenas de Veronés. La iluminación utilizada por el maestro configura un sensacional efecto atmosférico, diluyendo los personajes del fondo de la misma manera que hace Velázquez. Sin embargo, Murillo no renuncia a recoger todo tipo de detalles, especialmente en primer plano, creando un estilo personal de gran belleza. No debemos olvidar su interés hacia los gestos, expresiones y actitudes, demostrando su maestría en el manejo de este asunto, maestría que también exhibe en el uso del color.

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