Asunción de la Magdalena

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En relación con los lienzos realizados por Ribera para la iglesia del Convento de Agustinas Recoletas de Monterrey en Salamanca -véase la Inmaculada o San Genaro en gloria- encontramos esta sensacional Asunción de la Magdalena, que seguramente estaría en El Escorial antes de ser llevado a la Academia tras la guerra napoleónica. La santa aparece en el centro de la composición, vestida con harapientos ropajes -que indican su penitencia en el desierto- y un flotante manto rojo, llevando sus manos al pecho en señal de penitencia y dirigiendo su mirada hacia arriba. Un dinámico grupo de angelitos procede a ascenderla, al tiempo que portan sus atributos: el tarro de los afeites con el que ungió a Cristo, las disciplinas y la calavera. Una vista de una bahía -posiblemente relacionada con Nápoles o con Marsella, si seguimos la "Leyenda Dorada" ya que fue éste el lugar donde ascendió la santa- completa la composición en su zona baja. La escena se estructura a través de acentuadas diagonales que dotan de dinamismo al conjunto, sin renunciar por ello a la espiritualidad que se consigue con el gesto de la santa. La obra puede ser considerada como una de muestras más espectaculares del barroquismo de Ribera, abandonando el tenebrismo de Caravaggio para interesarse por las luces y las tonalidades tomadas de la escuela veneciana, aplicando el color de manera que se crean efectos de atmósfera. La belleza de la santa sí continua siendo un claro ejemplo de naturalismo, al igual que las calidades de las telas o los gestos y expresiones. Se ha considerado que como modelo pudo emplear a una de sus hijas.

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