Adoración de los pastores

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Esta Adoración de los pastores es el lienzo que inicia la serie pintada por Rembrandt para el estatúder de los Países Bajos, el Príncipe Frederik Hendrik. Curiosamente fue el último cuadro que ejecutó, fechándose en 1646, mostrando un estilo rápido y suelto que contrasta con La erección de la Cruz o El descendimiento. La pintura del maestro se ha hecho más libre, empleando la "manera áspera" que caracteriza estas obras de los años finales de la década de 1640. La influencia de Caravaggio ha dejado paso a Tiziano y Tintoretto, creando unas magníficas sensaciones atmosféricas gracias a la luz empleada. El Niño Jesús es el foco de luz como es habitual en la escuela veneciana, consiguiendo un ritmo envolvente con las figuras que le rodean. Las referencias espaciales son mínimas, obteniendo un sensacional efecto dramático en la composición. Las tonalidades oscuras dominan el conjunto, animadas por los blancos y amarillos así como alguna nota roja.

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