Adoración de los Magos

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Entre 1500 y 1503 Leonardo estuvo en varias ocasiones en Venecia donde su forma de trabajar será admirada por los jóvenes artistas, entre ellos Giorgione quien considerará al maestro florentino como una de sus referencias más importantes. El "sfumato" leonardesco y los perfiles suaves determinarán desde ese momento la pintura del maestro de Castelfranco. En esta obra que contemplamos se manifiesta cierta sensación atmosférica, creando gracias a la iluminación empleada dos zonas remarcadas con el muro de ladrillos. En la zona de la izquierda, envuelta en una placentera penumbra, encontramos a la Sagrada Familia -con San José ligeramente desproporcionado respecto a la Virgen- mientras que la zona de la derecha está iluminada por un potente foco que ayuda a resaltar las brillantes tonalidades de los ropajes, tanto de los magos como de los pajes. A diferencia de otros trabajos como la Adoración de los pastores o Los tres filósofos, el fondo de paisaje se ve cerrado por la disposición de los caballos, que impiden el desarrollo en profundidad y reducen el espacio pictórico, disponiendo las figuras en un plano más cercano al espectador. En este aspecto, Giorgione se manifiesta aún algo primitivo, recordando a las obras del Quattrocento.

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