Desarrollo
Estaban realizados en madera, con la cabeza del carnero realizada en bronce. Aunque no se conoce su empleo en los ataques a Numancia, existen pasajes de las guerras celtibéricas en los que se menciona su uso durante el asalto a poblaciones. Los arietes se empujaban hasta las puertas o murallas por varios hombres. Se les colocaban ruedas para facilitar su transporte. También se colocaban protecciones para los hombres que los movían, mediante escudos de compañeros, o manteletes de madera y cuero para evitar ser alcanzados por las lanzas y proyectiles de los enemigos. Una vez que estaba situado junto a la muralla, se empujaba el tronco o viga de madera, sujeto por cuerdas a la estructura principal, provocando el balanceo y el golpe en la muralla. Se movía hasta que se abría brecha en el muro, o se derruían las puertas.